3.600 científicos internacionales piden una Política Agraria Común más sostenible

Con medidas como la limitación de la expansión de cultivos intensivos de plantas leñosas o la dedicación de al menos un 10% de las explotaciones a pastos extensivos permanentes y barbechos cubiertos

agricultura de conservación

Un equipo de 3.600 científicos internacionales ha publicado un informe con propuestas para que la reforma de PAC incluya medidas que le permitan afrontar problemas como la pérdida de biodiversidad, la contaminación o el abandono rural

En el texto, los investigadores piden a la UE que tenga en cuenta los estudios y análisis de los científicos antes de aprobar la reforma para que mejore la propuesta actual que “prácticamente no cambia el modelo de explotación actual” y que debería “sustituirse por otro más sostenible”, advierten.

La PAC es una de las primeras políticas comunes de la UE, creada con el objetivo de mantener una agricultura autónoma y capaz de producir alimentos a precios asequibles, recuerdan.

Sin embargo, esta norma “ha generado efectos ambientales y socioeconómicos negativos que se llevan intentando solventar desde los años 90 con sucesivas reformas”, explica Mario Díaz, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

“Los científicos llevamos estudiando desde entonces estos problemas y buscando formas de afrontarlos, por lo que contamos con el conocimiento y las herramientas necesarias para poder diseñar un modelo agrario más justo y sostenible; el problema es que, no solo no vemos nuestras propuestas plasmadas en las medidas políticas, sino que se aplican medidas contrarias a la evidencia científica”, puntualiza.

Los científicos proponen medidas aplicables en toda Europa “como el incremento de la superficie de zonas de pasto protegidas, el aumento de las partidas reservadas a paliar los efectos negativos sobre la biodiversidad y el clima, o la redistribución de fondos para financiar objetivos ambientales y socioeconómicos que deben ser evaluados rutinariamente”, detalla Elena Concepción, también investigadora del MNCN.

Asimismo, proponen actuaciones concretas para los Estados miembros. En el caso de las dehesas y cultivos de cereales extensivos españoles, las medidas pasan por el mantenimiento de linderos, charcas y otros elementos del paisaje; la limitación de la expansión de cultivos intensivos de plantas leñosas; o la dedicación de al menos un 10% de las explotaciones a pastos extensivos permanentes y barbechos cubiertos, entre otras cosas, añade Concepción.

Según los investigadores, las reformas planteadas este año no cubren las necesidades del sector agrícola ni de la conservación del medio ambiente, dado que la propuesta actual “prácticamente no cambia el modelo de explotación actual, que debería sustituirse por otro más sostenible que se puede alcanzar con una distribución más equitativa de los fondos y diseños basados en el conocimiento disponible”, lamentan.

A su juicio, estas medidas deberían guiarse por estudios científicos que los evalúen y avalen.

En los próximos días, el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeos se reunirán para aprobar los nuevos cambios, “por lo que es el momento de actuar si queremos alcanzar objetivos ambiciosos de la UE como el Pacto Verde o las Estrategias sobre Biodiversidad y De la granja a la mesa”, concluyen los investigadores.

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