Sin ganadería no hay suelos vivos

La degradación del suelo, que ha soportado la intensificación del sistema agrario de los últimos daños, puede detenerse con un adecuado manejo del ganado

En el Día Internacional de la Conservación del Suelo, Fundación Global Nature pone el foco en la necesidad de recuperar la función tradicional de los herbívoros a través de prácticas como el pastoreo rotacional o la transhumancia.

El 95% de nuestros alimentos se producen directa o indirectamente en los suelos. Desde Globara Natura denuncian que “no les estamos prestando la suficiente importancia”. Al menos, el 25% de los suelos agrarios del mundo están degradados de manera severa y existe una pérdida del 75% de la biodiversidad de los cultivos a escala mundial.

Funciones del suelo

El suelo realiza muchas funciones que condicionan la producción de alimentos y se traducen en mejoras productivas de los cultivos. Y para hacerlas correctamente, necesitan estar vivos. El suelo es un pequeño gran ecosistema donde hasta 1.000 especies de invertebrados viven en 1 m² de suelos, esto es, el 25% de la biodiversidad del planeta. Y en suelos donde no existe esa vida, esos microorganismos, la fertilidad se reduce considerablemente y las plantas, los alimentos, no pueden crecer o lo hacen sin calidad y a costa de degradar aún más ese suelo.

El ganado, parte de la solución

Los herbívoros, sobre todo en climas mediterráneos, fueron y son fundamentales para mantener vivos los suelos. El responsable de conseguir que esos herbívoros, hoy ganado, sean parte de ese equilibrio, que antes llegaba de forma natural, son las personas; ellas manejan el ganado y toman las decisiones en el sector agrario.

En la finca El Baldío, de Fundación Global Nature (FGN), existe una larga experiencia en los beneficios para el suelo y las mejoras productivas que implican prácticas como el pastoreo rotacional. Gracias a un trabajo planificado, el ganado garantiza la materia orgánica necesaria en el suelo con el estiércol y fomenta los procesos necesarios para mantenerlo vivo porque come y pisa.

“Lo importante es que el ganado esté bien gestionado, para que funcione necesitas animales moviéndose muy juntos, de forma que pasten una superficie intensamente durante un breve periodo de tiempo, para después no volver a ese mismo lugar hasta haberse garantizado el descanso necesario del pasto”, afirma la técnico de FGN y responsable de la finca, Laura García.

Cuando el ganado está bien gestionado, en tiempo y forma, deja estiércol en el suelo, alimentándolo para mantenerlo vivo y ayudando a descomponer la materia orgánica para que sea eficiente y se integre de nuevo; cuando come, potencia el proceso de transformación de esa materia orgánica en nutrientes y permite que el ciclo continúe, y cuando pisa ayuda a semillar, son los tractores y las sembradoras, son desbrozadora y los corredores biológicos.

“No es que el ganado esté en el campo, es que trabajemos de forma correcta con ese ganado. Con la figura del pastor. Se trata de que sea de la forma más parecida a cuando eran salvajes, recuperar ese llamado ‘efecto manada’, es decir, que se mueva junto y en periodos concretos. Y ahí entran en juego prácticas como el pastoreo rotacional, para recuperar prácticas como el redileo o la trashumancia”, explica Laura García quien añade que la finca El Baldío está abierta a quienes quieran trabajar esta línea y conservar su suelo con prácticas como el pastoreo racional y las mejoras productivas.

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