Temor en el campo al impacto de la crisis de Ucrania en suministro de cereal y piensos

España -deficitario en cereales- compra a Ucrania el 30 % de sus importaciones de maíz y el 60 % de las de girasol

Los agricultores, ganaderos y comercializadores españoles temen graves consecuencias por una escalada de la crisis en Ucrania, por la alta dependencia de este país y de Rusia en el abastecimiento de cereales y de materia prima para piensos.

España -deficitario en cereales- compra a Ucrania entre el 28 % y el 30 % de sus importaciones de maíz y del 60 % de las de girasol, por lo que un agravamiento del conflicto puede tensionar la oferta y el coste de materias primas, según fuentes del sector.

De momento, el suministro funciona con normalidad, pero si empeora puede acarrear consecuencias “muy negativas”, según ha declarado a Efeagro el secretario general de la patronal de comerciantes de cereales (Accoe), José Manuel Álvarez.

Rusia es líder mundial en la venta de trigo, mientras que Ucrania ocupa el quinto puesto, lo que añade incertidumbre sobre los próximos meses, dependiendo también de las cosechas de países suramericanos que abastecen a España, según Accoe.

Aparte, el sector agrario teme las trabas comerciales que puede poner Rusia y apela al veto que impuso contra productos occidentales en 2014, que ha supuesto una pérdida insustituible para la exportación nacional hortofrutícola.

Balanza agroalimentaria deficitaria

La balanza agroalimentaria con Ucrania es deficitaria para España, con un saldo negativo de 652,5 millones de euros (datos de la Secretaría de Estado de Comercio entre enero y noviembre de 2021).

España compró principalmente aceite de girasol ucraniano por valor de 371 millones de euros en ese período y 357,27 millones de euros en maíz, con los cereales, en general, la categoría más importada, por valor de 383,4 millones.

En cambio, España exportó entre enero y noviembre a Ucrania productos por 153,23 millones, principalmente merluza congelada (25,2 millones), semillas de girasol (16,3 millones), aceitunas en conserva (13,7 millones) y vino (13,3 millones).

El déficit “ha ido en aumento en los últimos años” y en la actualidad el 27,6 % de las importaciones españolas de maíz provienen de Ucrania, así como el 13 % del trigo, el 31 % de las tortas de aceites vegetales y el 15,4 % de las leguminosas grano, según un análisis de la organización agraria COAG sobre datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Suministro garantizado actualmente

Según Accoe, el suministro de cereal continúa con normalidad y la crisis está repercutiendo por ahora en la subida leve del precio del trigo (la cotización mayorista del trigo duro ha repuntado un 0,47 %).

Ha aclarado que desde que empezó la campaña del cereal (en julio), entró menos grano por los puertos porque España tenía buena cosecha, frente al encarecimiento de los fletes y del producto importado.

Sin embargo, ha añadido que si se agrava la crisis sí podría haber efectos notables en el abastecimiento, con “fronteras paradas” y teniendo en cuenta también el liderazgo de Rusia en cereales.

Álvarez ha apuntado que a esto se suma la incertidumbre sobre la cosecha de países suramericanos que abastecen a España de grano.

Entre enero y octubre de 2021, Ucrania suministró el 23 % del maíz importado por España, según datos aduaneros manejados por Accoe, aunque esta patronal ha advertido de que no contabilizan dos meses muy importantes en este comercio.

El responsable de ganadería de COAG, Jaume Bernis, ha remarcado que la crisis puede agravar el incremento de los costes y “perjudicar la viabilidad” de las explotaciones.

Consecuencias del veto ruso

Los agricultores y comerciantes han llamado a la prudencia y a la diplomacia para desescalar un conflicto que para el sector hortofrutícola no es nuevo, ya que desde 2014 Rusia veta productos frescos en represalia por las sanciones de la Unión Europea (UE) a Moscú por su actuación en Ucrania.

La patronal de exportadores Fepex y otras organizaciones sectoriales han insistido con frecuencia en que España no ha encontrado un mercado alternativo al ruso para sus frutas, sobre todo en melocotón o nectarinas.

“Rusia utiliza el cierre de sus fronteras como herramienta para meter presión en las relaciones diplomáticas (…) Se ha dejado de vender allí y se han generado situaciones muy graves de precios en el sector”, según el responsable de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora.

Por ello, ha pedido que la UE no abandone a sus productores y programe “medidas compensatorias para amortiguar un nuevo palo” si se recrudece el conflicto. EFEAGRO

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