Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, ha elaborado su análisis periódico del mercado de los cereales, destacando que esta semana el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) no aportó nada relevante al mercado. Los stocks mundiales de trigo, maíz y soja siguen recortándose y eso el mercado ya lo tenía descontado.
Marqueta apunta que el fabricante espera el milagro, es decir, que el conflicto de Ucrania desaparezca; que la lluvia inunde los campos de todo el mundo; que la inflación desaparezca y los costes de la energía y el petróleo se desinflen y que la soja baje de precio. Por no hablar de los aceites…
Nada de eso está ocurriendo y el tiempo se agota. En su opinión, con la mayor sequía en España en cien años desde octubre a enero, mucho tiene que llover para esperar otra abundante cosecha que haga algo menos dependientes al país de la mercancía de importación.
Soja
La soja es base fundamental en los piensos y está en niveles extremadamente altos: superando los 500 euros en origen en puerto. El maíz que tomó protagonismo en las fórmulas sigue en su rallye alcista, mientras la cebada, aunque quiera volver a entrar en fórmula, no podría sustituirse porque se devoró a principio de campaña y difícilmente se ofertará a precios muy por debajo de maíz. El trigo gana protagonismo como aporte de proteína (la soja lo impone) por lo que pensar en una subida de trigo no parece una idea descabellada.
El milagro puede llegar en forma de lluvia (más oferta) en menor consumo de los chinos (menos demanda) y que los stocks recuperen músculo y den tranquilidad al mercado.
Mientras tanto los fondos haciendo caja con los vaivenes del mercado… comprando «abajo» y vendiendo cada vez más «arriba».
Aunque los compradores tienen los deberes hechos hasta abril, el enlace de cosecha se antoja complicado. Mayo y junio dirán si nuestro ritmo cardíaco se acelera o se relaja.
