La optimización del agua como recurso conduciría a Andalucía al pleno empleo

La optimización del agua como recurso conduciría a Andalucía al pleno empleo. Esta es una de las conclusiones del estudio que lleva por título ‘El agua como catalizador de innovación en la agricultura andaluza. Gestión de optimización y reparto’, realizado por iniciativa de Dcoop, y desarrollado por Juan Vilar Consultores Estratégicos.

Esta investigación analiza la situación actual de los recursos hídricos de Andalucía, así como, las estrategias que seguir para optimizar su uso y mejorar su disponibilidad, teniendo en cuenta el impacto medioambiental, social y económico del agua.

Banco Santander

El estudio se ha presentado hoy en Sevilla en el Palacio de Yanduri, sede territorial andaluza del Banco Santander, entidad que ha colaborado en el acto de presentación, que ha sido clausurado por el secretario general de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático de la Junta de Andalucía, Sergio Arjona.

En la inauguración del acto el director regional del Banco Santander en Andalucía, Manuel de la Cruz, puso de manifiesto que la entidad es sensible a las preocupaciones de sus clientes y la sociedad y en la agricultura y la ganadería el reto más relevante es una adecuada y eficiente utilización del agua. Ello posibilita la modernización, transformación, la innovación en biotecnología, sensorización, etc. y todo ello pasa por el agua y su uso optimizado.

Por su parte, y a continuación Antonio Luque presidente de Dcoop, explicó que dentro de las acciones estratégicas necesarias de aplicación, se destacan las siguientes: reutilización del agua; desalinización; modernización de los regadíos; aumento de la construcción de obras hidráulicas; construcción de nuevos embalses, incremento de capacidad de los existentes; así como construcción de depósitos de agua de lluvia destinada a riego; trasvases entre cuencas excedentarias y deficitarias; aumento de la reforestación y protección de los suelos; prevención de la contaminación del agua; la revisión de las dotaciones existentes; regulación de cánones por uso; o la mejora en la distribución del agua, entre otras.

La aplicación gradual de las citadas estrategias, bien de forma global, o a través de su uso planificado y escalonado, se produciría un efecto virtuoso en el medioambiente, y biodiversidad, pues los acuíferos gozarían de plena disponibilidad de caudal ecológico, con los efectos pertinentes en la fauna vegetal y animal.

Del mismo modo, la economía agrícola mejoraría, los efectos sobre el PIB agrícola y ganadero le supondrían triplicarse de forma sólida y sostenible, pero, también lo haría como patrón valor, multiplicando, cuanto menos por cuatro, la valía de los activos agrícolas, transmitiendo dicha tracción al ámbito social, y especialmente al mercado laboral. De hecho, muy previsiblemente, se llegaría a la consecución del pleno empleo en nuestra comunidad, todo ello, en un plazo aproximado de no más de 10 años.

 

 

Publicidad

Dejar una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí