El presidente de ASAJA Socuéllamos, Pedro Alcolea, estima que la climatología de las últimas semanas, con temperaturas muy elevadas, tanto diurnas como nocturnas, y la sequía mermará considerablemente la próxima cosecha de uva en Castilla-La Mancha.
Alcolea prevé que esté en torno a un 30 % por debajo de una cosecha media, es decir, no supere los 20 millones de hectolitros, aunque apunta que dependiendo de la evolución de la climatología podría ser incluso inferior o recuperarse.
Señala que si el calor intenso continúa las mermas se incrementarán, aunque lluvias abundantes antes de primeros de septiembre redundarían en la recuperación del viñedo, en especial, del de secano.
Indica que las variedades tintas, sobre todo, la Tempranillo, están sufriendo mucho el calor, lo que ha motivado que numerosos racimos se queden sin flor.
Alcolea también hace referencia a la situación del mercado del vino, indicando que no se debería vender a “precios ridículos” el vino tinto almacenado en bodegas y cooperativas pues se debe enlazar esta campaña con la próxima, “en las que las existencias van a bajar considerablemente”. Indica que el Tempranillo ha estado muy por encima de 3 euros/hectolitro y ha caído por debajo de 2,50.
En ese sentido, afirma que la mentalidad tradicional antes de vendimia es vender el vino al precio que sea para limpiar la bodega, pero avanza que habrá una cosecha escasa de tinto la próxima vendimia
La mentalidad es vender el vino a lo que sea para venderlo todo antes de la próxima vendimia, hay que limpiar la bodega, pero va a haber poca producción de tinto en la próxima cosecha y eso cambia todo.
ASAJA Ciudad Real
Por otra parte, ASAJA Ciudad Real prevé una importante merma de la cosecha de la uva en todas las variedades como consecuencia de las altas temperaturas que se están registrando.
Desde la organización agraria pronostican que la producción en las varietales, las primeras uvas que se recogerán en la provincia y por tanto las que presentan un ciclo vegetativo más adelantado, podría verse reducida entre un 20 y un 30 por ciento, según zonas. La comarca de Campo de Montiel se llevará previsiblemente la peor parte de la provincia por tratarse de una tierra más arcillosa y, por tanto, más caliente.
Los efectos de las altas temperaturas diurnas y nocturnas son visibles ya en viñas de secano y también de regadío, donde el estrés hídrico se dispara porque es mayor la evapotranspiración que el agua que absorbe la planta. También se observan quemaduras directas en las bayas, que van a incrementar el nivel de pérdida de cosecha porque las hojas no protegen la uva. Consecuencias que determinarán además la campaña venidera, añaden.
El exceso de temperatura también adelanta la maduración, por lo que se espera que la vendimia se generalice entre treinta y cuarenta días.
