Seis de las siete temporeras que UPA Granada contrató en Marruecos como experiencia piloto para la temporada del espárrago, y que concatenarían ese trabajo con la recogida de la fresa en Huelva, se han dado a la fuga.
El secretario general de UPA Granada, Nicolás Chica, ha explicado a EFE que las temporeras llegaron para trabajar en una campaña del espárrago mermada por la falta de lluvias y como experiencia piloto para garantizar la mano de obra necesaria en años con una producción normal.
Se alojaron en las instalaciones de Agrolachar preparadas hace 16 años para acoger a 450 personas contratadas en Rumanía y que se habían actualizado para estas temporeras.
Los trámites se hicieron con la colaboración de UPA Huelva y la Subdelegación del Gobierno de las dos provincias y aprovechaba que la campaña del espárrago acaba cuando empieza la fresa onubense para alargar sus contratos.
Sin embargo, tres de las temporeras se fugaron al tercer día de su estancia en España, los mismos pasos que siguieron otras tres contratadas.
«Habíamos recurrido a una bolsa que se abrió en pandemia y en la que aún quedaban trabajadoras para agilizar los plazos, un proyecto esperanzador para otros años pero que no ha salido como esperábamos», ha apuntado Chica.
Como ha adelantado este domingo el periódico ‘Ideal’ de Granada, su huida ha sido comunicada a la Subdelegación del Gobierno, que ha activado a los cuerpos y fuerzas de seguridad y han rescindido sus permisos de trabajo y residencia.
La séptima jornalera ha sido trasladada ya hasta Huelva, provincia en la que se incorporará a un empleo en la fresa.
«Ha sido una experiencia de aprendizaje para todos que utilizaremos para las próximas campañas, aunque con la vista puesta en otros países», ha admitido el secretario general de UPA Granada, que ha adelantado que se fijarán en países más alejados y con menor porcentaje de fugas, especialmente de Centroamérica y América del Sur. EFEAGRO
