Advierten que la situación del sector productor de cereales de la UE es “extremadamente preocupante”

Desde la asociación de agricultores y cooperativas europeas (Copa-Cogeca)

cosechadora cereal

En el espacio de dos meses, las previsiones de cosecha, inicialmente positivas, se han visto alteradas por las malas condiciones meteorológicas en toda Europa.

La producción global de la UE en oleaginosas y proteaginosas, a pesar de la dramática situación de España e Italia, sigue siendo correcta.

Sin embargo, en el caso de los cereales la situación es «extremadamente preocupante», con una producción prevista de 256 millones de toneladas, posiblemente la peor cosecha desde 2007 y un 10% por debajo de la última media quinquenal.

Muchos agricultores no podrán cubrir sus costes de producción, por lo que la asociación de agricultores y cooperativas europeas, Copa-Cogeca, ha lanzado “una llamada urgente a la acción para afrontar esta difícil situación en 2023 y sus consecuencias para 2024”.

Además, Rusia ha suspendido este lunes el acuerdo que mantenía con Ucrania para exportar cereales por el Mar Negro. El Kremlin no ha querido renovar el pacto, por lo que ha quedado sin efecto, ya que era la fecha en la que finalizaba la última prórroga. Sin este marco, que permitía el transporte seguro de cereales y oleaginosas ucranianos, la incertidumbre vuelve al mercado alimentario, con un aumento de los costes de producción y el consiguiente aumento de los precios en los mercados, al tener que exportarse el grano de Ucrania por sus fronteras terrestres y por el Danubio.

La suspensión del acuerdo de exportación implica perder otra vez el cereal ucraniano, lo que puede ser “un golpe bastante duro” para España, ya que, después de China, nuestro país era hasta mayo el segundo país de destino de los productos agrícolas ucranianos exportados a través del corredor del mar Negro, con 5,4 millones de toneladas según la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe). No obstante, la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac) ha señalado que esperan “abastecerse de otros mercados que cuentan con una amplia oferta, más allá del efecto temporal que pueda tener la ruptura del acuerdo”.

Producción en la UE

Con respecto a la producción en la UE, a principios de mayo ya quedó claro que algunos Estados miembros, como España, Portugal o el norte de Italia, sufrirían graves pérdidas (de hasta el 50%). Sin embargo, en aquel momento las previsiones de Copa-Cogeca aún estimaban que la producción global de la UE se mantendría estable gracias a la mejora de las condiciones meteorológicas en el norte y el este de Europa. Por desgracia, desde entonces la situación se ha deteriorado drásticamente.

La sequía ha vuelto a afectar a toda la UE en mayo y junio, con ausencia total de precipitaciones en algunas regiones. Se prevé una grave reducción de la producción, sobre todo de cereales, no sólo en España, Portugal o Italia (hasta un 60% menos que en 2022), sino en toda la UE (por ejemplo, Rumanía -20%, Finlandia -30%, Polonia -14%, Lituania -35% en comparación con las previsiones de mayo). Estas bajas cifras de producción de cereales irán acompañadas de un grave problema de calidad en muchas regiones. Aunque para las oleaginosas y proteaginosas la producción prevista sigue siendo decente (32 millones de toneladas para las oleaginosas, 3,8 para las proteaginosas), el impacto meteorológico sobre la calidad podría reducir seriamente la rentabilidad.

Asimismo, el comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, recordó en su última reunión de con los ministros en Luxemburgo “que la responsabilidad fundamental de las distorsiones del mercado causadas por las importaciones de la UE de alimentos ucranianos materias primas recae en Rusia y su invasión ilegal. Durante su intervención ha expuesto medidas para estabilizar la situación, incluida la cláusula de salvaguardia bajo las Medidas Comerciales Autónomas (ATM, por sus siglas en inglés), regulación que permite las importaciones desde Ucrania. Por último, se han destinado un segundo tramo de apoyo financiero de 100 millones de euros, provenientes de la Reserva de Crisis, para Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía, estando obligados estos cinco países a eliminar las prohibiciones unilaterales.

Los agricultores europeos se enfrentan a un doble golpe, ya que esta baja producción se combina con unos precios de los insumos muy elevados y unos precios futuros bajos para todos los cultivos. Además de los elevados precios de la energía y de la actual inflación general, es crucial tener en cuenta que los fertilizantes utilizados para la cosecha de 2023 se compraron cuando los precios eran más altos, en 2022. Con los actuales precios futuros muy bajos de los cereales (219 euros/t de trigo para molienda) y de las oleaginosas (407 euros/t de colza), se crea una situación insostenible para la mayoría de los agricultores, como demuestran los casos de Francia y Suecia.

Flexibilidad en la aplicación de la PAC

En este contexto, Copa-Cogeca ha pedido a la Comisión Europea “flexibilidad en la aplicación de la PAC este año para no poner en peligro el acceso de los agricultores a las ayudas básicas”. Además, reclama excepciones para el próximo año, debido al impacto de estas condiciones climáticas en la próxima campaña agrícola. Del mismo modo, la prórroga de la suspensión de los derechos de importación sobre el amoníaco y la urea y su ampliación a otros fertilizantes minerales (así como la suspensión de las medidas antidumping sobre la UAN) “ayudaría a los agricultores a hacer frente a una situación muy difícil en la que están siendo presionados por todos lados”.

 

 

 

 

 

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