«Annus horribilis» para los cooperativistas españoles por la aplicación de la nueva PAC

Entrevista a Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España

Ángel Villafranca

Rubén Figueroa (EFEAGRO). Los cooperativistas sienten que el primer año de aplicación de la Política Agraria Común (PAC) 2023-2027 está siendo un «annus horribilis» y describen la nueva reforma agraria como «más burocrática y menos simple», frente al «manido» discurso de las autoridades que asegura que es todo lo contrario.

Así lo expresa en una entrevista con Efeagro el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Ángel Villafranca, quien explica que esto se debe a que «se ha cambiado todo el sistema» y están surgiendo «miles de incidencias» técnicas y digitales a la hora de cumplir con las nuevas exigencias que se han incluido.

«Nuestros técnicos de Cooperativas llevan un año muy difícil, muy complicado, en lo que tiene que ver con la tramitación de la PAC, al intentar aplicar toda la normativa que legislativa que se ha realizado. Las aplicaciones no terminan de funcionar al cien por cien y han saltado miles de incidencias», relata Villafranca.

El presidente de Cooperativas confía en que estas dificultades se deben a que se trata del primer año del periodo y que a partir de 2024 ya «venga rodado» y sea más fácil de aplicar, pero asegura que pese a las habituales complicaciones en los primeros años de cada reforma esta vez está siendo «mucho más conflictivo».

Villafranca exclama también que en la nueva PAC hay aspectos que le «preocupan mucho», como que se haya «subido el listón de exigibilidad de menos fitosanitarios, menos fertilizantes y menos uso de agua», una serie de condicionantes que tienen los productos que entran desde terceros países ajenos a la Unión Europea (UE).

«Nosotros entendíamos que habría que haber hecho una transición tranquila. Apostamos abiertamente por una agricultura sostenible, pero por encima de todo están las personas porque sin la rentabilidad de las explotaciones se nos van a marchar los agricultores», expresa el representante de las Cooperativas.

Gobierno en funciones

Desde el punto de vista político, Villafranca considera que la interlocución con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) «sigue siendo la correcta» pese a que el Gobierno está en funciones, y manifiesta que está a la espera de que se conforme un Ejecutivo en firme para poder avanzar en «temas pendientes».

Entre estos asuntos destaca las ayudas por la sequía decretadas por el Gobierno, que Villafranca agradece aunque precisa que le hubiese gustado que fuese un paquete de ayudas «abierto» que pudiera dar solución a los sectores que, según pasen los meses, vean agravada su situación por la falta de lluvias.

Señala que esto ya se está viendo en labores como la del olivar, que se ha quedado fuera del reparto de los más de 636 millones de euros en ayudas directas a agricultores y ganaderos que contempla el paquete.

El presidente de Cooperativas manifiesta también su preocupación por el empeoramiento de otros cultivos como el viñedo, los frutos secos, el arroz, las hortalizas, el girasol o los champiñones.

«Nosotros necesitaríamos un Gobierno estable, donde tú puedas acudir al Ministerio de Agricultura y decir, oiga, necesito ayudas en este sector y en estos otros sectores, y en ese aspecto», expresa Villafranca.

Alerta también por la falta de cereal y las implicaciones en los agricultores pero también para los ganaderos, que se encuentra sin paja para el pasto de los animales y se están viendo «obligados a importar paja de Francia con unos incrementos de coste importantísimos».

Regadío y precios

A nivel europeo, el máximo representante de Cooperativas señala que sería bueno hacer ver en Bruselas que el «potencial alimentario» de España y del sur de Europa sufre un «déficit de agua», algo que es «clave para el futuro de la agricultura».

Añade que «hay que plantear abiertamente que el campo español necesita nuevas hectáreas en regadío» y, al mismo tiempo, explorar mecanismos para «ser capaces de almacenar el agua cuando llueve y poner en marcha todos los recursos, desde desaladoras hasta el agua del subsuelo».

El acceso al agua es necesario también para poder producir alimentos en la cantidad necesaria para evitar la subida de precios al consumo que están experimentando algunos enseres debido a cosechas escasas por falta de agua, abunda.

«Si aumentamos los kilos tiene la posibilidad de reducir el precio. No se puede cortar el acceso al agua y al mismo tiempo pretender que esas producciones se vendan a precios muy agresivos o muy bajos», concluye.

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