El peligroso «tufo» de la bodega, un gas incoloro e inodoro causante de muchas muertes

Este fin de semana provocó la muerte de dos personas

cueva

EFEAGRO. El «tufo» del vino que ayer causó la muerte a dos personas en una bodega de Lanciego es CO2, dióxido de carbono, un gas cuyo peligro es que es incoloro e inodoro y por tanto las personas no lo detectan. En condiciones normales no es venenoso, pero en concentraciones altas es mortal.

El «tufo» se crea de manera natural en el lagar durante la fermentación alcohólica de la uva, cuando el azúcar del mosto se va convirtiendo en alcohol. En este proceso se libera dióxido de carbono.

El problema es doble: primero, se genera mucho CO2 -el mismo gas que causa el efecto invernadero-, ya que, por cada litro de vino producido, se producen 50 litros de dióxido de carbono, y segundo, este gas pesa más que el oxígeno, es más denso, de manera que se acumula en el suelo.

Sin una buena ventilación, en la bodega se respira CO2 y en pocos minutos deja inconsciente a la persona y causa la muerte. Como en el accidente de ayer en Lanciego, es fácil que los compañeros que acuden a ayudar también se vean afectados, al no verlo ni olerlo y primar la urgencia del rescate.

Chimeneas exteriores

La solución es ventilar. Antes se usaban las «tuferas», unos agujeros en el techo que terminaban en chimeneas exteriores. Todavía se ven en muchos pueblos e incluso en la cercana Briñas (La Rioja) hay una ruta para poder verlas.

Además, para detectar el CO2 los bodegueros llevaban una vela -o un mechero-. Si se apagaba, es que faltaba el oxígeno y había que irse rápidamente de la bodega.

Hoy en día las bodegas modernas están construidas para favorecer la ventilación y la detección del CO2 se realiza con sensores, pero siempre hay peligro con un gas tóxico que ni se ni se huele, causante de muertes en bodegas de todo el mundo.

Publicidad

Dejar una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí