Cerca de 1.000 hectáreas de cultivos de Guadalajara, además de infraestructuras y caminos agrícolas, han sufrido daños tras la DANA del 29 del octubre, que afectó de manera especial en la zona noreste de la provincia, en la comarca de Molina de Aragón.
En esta comarca desde el pasado mes de agosto- en que se registró el primer episodio de lluvias torrenciales- se han recogido hasta 800 litros por metro cuadrado en algunos términos, cifra que casi duplica la media de precipitaciones anuales en la zona.
El presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, Juan José Laso, acompañado de Javier Gómez, -vocal de la directiva en Molina de Aragón- y varios agricultores, han visitado diferentes parcelas, comprobando los graves daños, en cultivos (girasol principalmente); infraestructuras de riego, como acequias o tuberías, y caminos agrícolas, tras el paso de esta última DANA.
Estado de los cauces en la provincia
Ante esta situación y recogiendo las quejas de sus asociados, APAG vuelve a denunciar el estado en que se encuentran los cauces en la provincia, cuya limpieza, en la mayoría de los casos, es competencia de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y también de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Agricultores y ayuntamientos se quejan de que cuando piden permiso para hacer algún trabajo de limpieza en los cauces, la Confederación no se lo otorga (incluso haciéndose cargo de los gastos el propio Ayuntamiento), o en otros casos no contestan.
Denuncian que algunos cauces no se han limpiado en años y están completamente taponados por troncos y maleza, los cuales forman auténticas presas que cuando revientan anegan todo a su paso. En cuanto sube un poco el nivel de los ríos, arroyos o regueros, ésos se meten en las parcelas inundando muchas tierras de cultivo, lamentan.
El río Gallo es un ejemplo de ello, así como los arroyos y barrancos que pasan por muchos pueblos (Herrería; Saúco; Valsalobre o río Mesa). Muchos de ellos llevan años sin limpiar y el barro llega al nivel del suelo de manera que se puede pasar por encima caminando.
Los agricultores insisten en que esta situación es “recurrente” y el problema “no es esta DANA o la anterior, sino el abandono y la desidia de las distintas administraciones; sobre todo de las confederaciones hidrográficas, tanto la del Ebro como la del Tajo, no dejan limpiar y tampoco limpian ellos, como sería su obligación”, señala Gómez.
Tras visitar parcelas en la vega de Ventosa, Terraza, Canales, Turmiel, Anchuela y Anquela, y comprobar el estado de caminos y arroyos, el presidente de APAG ha manifestado que “la primera conclusión es que hay que hacer los cauces nuevos porque en muchos ríos y arroyos no hay cauce ya. Los cauces están totalmente anegados y colonizados por malas hierbas, como carrizos o espadañas y por árboles. Las confederaciones deben tomar medidas y hacer obras de urgencia, dragar y limpiar”.
Suelo fértil arrasado
Laso ha destacado otro daño, “quizás el principal, y es que la fuerza del agua se ha llevado todo el suelo fértil. En algunas zonas se han perdido 30 o 40 centímetros de suelo, además de los horizontes superiores, que es la parte más fértil y eso es muy difícil poder recuperarlo y volver a sembrar allí”.
Afirman que “agricultores y ayuntamientos se encuentran “con las manos atadas”. Por ello, APAG exige a la Confederación Hidrográfica del Tajo que mantenga limpios los cauces de arroyos y ríos con el fin de evitar estos daños y estar preparados para situaciones como las provocadas por las últimas borrascas.
El pasado lunes el presidente de APAG entregó a la subdelegada del Gobierno en Guadalajara un nuevo informe de daños en parcelas agrícolas, a causa de desbordamientos de diferentes cauces en toda la provincia.
La Asociación pide también ayuda a la Diputación Provincial para hacer un frente común y reclamar a la Confederación que se haga cargo de los cauces, que están abandonados, y si es necesario se llegue a algún acuerdo con la Institución Provincial en este asunto.