Ecologistas denuncia incremento de problemas generados por la caza en caminos

Ecologistas en Acción asegura que en muchos cotos de caza se cortan caminos, se caza en zonas de seguridad, se "coarta o se amenaza" a los paseantes y ciclistas, "incluso cuando quieren acceder a ciertas rutas de espacios protegidos como el Parque Nacional de Cabañeros"

Ecologistas en Acción ha denunciado que en las últimas semanas y desde que se inició la temporada de caza en Castilla-La Mancha, han aumentado notablemente las incidencias en cotos de caza que afectan a quienes realizan actividades recreativas o ecoturísticas en el medio natural. Señalan desde la organización ecologista que están recibiendo todos los fines de semana informaciones y quejas “de lo más variadas” sobre situaciones en las que la actividad cinegética “trata de condicionar, cuando no coartar abiertamente o poner en peligro, el tránsito por vías públicas y el acceso a espacios naturales”.

Entre los casos más significativos destacan el del Parque Nacional de Cabañeros, donde según la organización ecologista, los accesos a la ruta de El Chorro, en el término municipal de Los Navalucillos, están siendo cortados por la empresa gestora de la caza en la linde del espacio protegido. Según apuntan, “con el visto bueno del Ayuntamiento, hace dos semanas ya se impedía que los visitantes pudieran acceder al inicio de la ruta del Chorro a través del paraje de Las Becerras”.

En esta línea Ecologistas en Acción ya denunció hace unos meses que distintos municipios de los Montes de Toledo habían permitido el cierre de caminos públicos para hacer cacerías en este espacio y en el entorno del Parque Nacional.

Más grave resulta, inciden desde este colectivo, la situación en los cotos de la zona de Mocejón (Toledo), “donde un año más los agentes medioambientales han tenido que retirar cables de acero que cortaban los caminos públicos poniendo en riesgo la vida de ciclistas y otros usuarios de estas vías”.

Otra problemática similar se daba este fin de semana, añaden desde Ecologistas en Acción, en la zona del valle del Tiétar, “cuando un cazador abordaba a un grupo de senderistas intentando que abandonaran su marcha por un camino y una finca pública”. Según explica la organización ecologista, casos como éste se repiten a diario, al igual que la colocación de carteles intimidatorios del tipo “prohibido el paso, coto de caza”, “peligro montería”, “peligro aguardos de jabalí”, con los que se trata, dicen, de “confundir a los usuarios que tienen todo el derecho de usar y acceder por vías y caminos públicos”.

También generalizado se encuentra, añaden desde este colectivo, el ejercicio de la caza en zonas de seguridad y sin respetar distancias a zonas de uso público. “Los cazadores, ante las condiciones de sequía y la falta de piezas de caza, están aumentando sus incursiones en zonas de dominio público de ríos y arroyos, en las cañadas y vías pecuarias y en las lindes de viales públicos y núcleos urbanos”, aseguran.

Se compromete así, no sólo el derecho a disfrutar del medio natural y el desarrollo de unas actividades como el ecoturismo, que generan ingresos en el medio rural, sino también la seguridad de las personas, denuncia la organización ecologista.

Ecologistas en Acción reclama de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural que tome cartas en el asunto. Que reclame de los ayuntamientos y de los cotos de caza el respeto de los caminos y espacios públicos, así como de las zonas de seguridad. Y, en este sentido, además de redoblar las vigilancias con agentes medioambientales, se establezca en la ley de caza la obligación de señalizar a costa de los cotos de caza las zonas públicas y de seguridad. “La señalización es un tema muy importante ya que nadie se ocupa de recordar a los cazadores sus obligaciones ni de ofrecer información adecuada que proteja los derechos de la ciudadanía para acceder y disfrutar del medio natural”, reiteran desde la organización ecologista, añadiendo que “alguien tiene que proteger los derechos de los usuarios del medio natural frente a los abusos de los cazadores antes de que ocurra una desgracia o que se agrave el daño económico y ambiental que producen estas actuaciones de los cotos en el medio rural”.

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