La localidad conquense de Mota del Cuervo acogerá el próximo sábado, 1 de septiembre, el III Encuentro Regional de plataformas contra la ganadería industrial en el que particiaprán representantes de plataformas #stopmacrogranjas de toda Castilla-La Mancha, para «coordinar su resistencia a la colonización porcina impuesta por el presiente del Gobierno regional, Emiliano García-Page en complicidad con las grandes cárnicas», explican los organizadores.
La reunión, que tendrá lugar en la Sala de la Tercia, se produce, añaden, a pocos días de saberse que en España hay más cerdos censados que habitantes, «lo que ha generado un lógico pánico ambiental».
La elección de Mota del Cuervo como pueblo anfitrión, explican los organizadores, se debe no solo a su posición estratégica en términos geográficos sino, también, para mostrar el apoyo del movimiento regional a la plataforma moteña Pueblo Sostenible, que se opone a la instalación de una macrogranja, junto al pozo de abastecimiento público de la localidad «y cuya autorización, denegación o suspensión está actualmente en manos del alcalde Alfonso Escudero», especifican.
«La expansión de la ganadería industrial, declarada objetivo estratégico del gobierno regional, constituye la mayor amenaza a la que se enfrentan los castellano manchegos en el corto y medio plazo», aseguran desde las plataformas #stopmacrogranjas, que inciden en que «esta afirmación es algo que la sociedad civil de la región ya tiene claro».
Las plataformas reiteran que estas instalaciones ocasiones graves problemas como el riesgo de contaminación de los acuíferos por los purines del cerdo, «debido a la falta de inspecciones y controles»; la emisión a la atmósfera de partículas de amoniaco y metano que genera este tipo de industria, «una de las mayores responsables del efecto invernadero»; el daño que los malos olores provoca en el bienestar de la población «y que supone un lastre para el desarrollo en sectores de futuro como el turismo»; la proliferación de moscas y roedores, «con los peligros asociados de infecciones» y la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos, «por el excesivo consumo de estos y el sufrimiento animal resultado del hacinamiento». Los habitantes de los pueblos afectados, señalan también desde las plataformas, «se organizan y exigen la defensa de nuestra tierra, mientras sus políticos se dedican no ya a limitar o consentir esta proliferación de macrogranjas, sino a subvencionarlas generosamente con los impuestos de todos».
Para los organizadores del encuentro, «esta amenaza al futuro de nuestros pueblos ni siquiera será compensada en términos de empleo, debido a la escasa mano de obra de este tipo de instalaciones altamente mecanizadas». Se estima, aseguran, que destruyen cuatro veces más empleos de los que crean en los pueblos donde se ubican.
