La peligrosa intensificación de la ganadería en Europa. Luis Ferreirim, Greenpeace España

La ciencia nos dice a gritos que hay que reducir la producción y el consumo de carne y que en nuestra dieta deben predominar los alimentos de origen vegetal. Sin embargo, en Europa, la inmensa mayoría de las tierras agrícolas se destinan a la producción de alimentos para animales y se intensifica la producción en macrogranjas. Aquí hay algo que no cuadra.

El informe “Alimentando el problema. La peligrosa intensificación de la ganadería en Europa” pone sobre la mesa nuevos datos ante los cuales no nos deberíamos quedar indiferentes. Las cifras muestran la deriva de la agricultura europea hacia un modelo destructivo que pone en peligro nuestra salud y la del planeta. Y, lo que es más preocupante, este modelo está siendo financiado con nuestro dinero, con el dinero de todas las personas a través de la Política Agrícola Común, más conocida como PAC. La PAC se lleva casi el 40% del presupuesto total de la UE y los políticos, con su apoyo a esta medida, están siendo cómplices de un modelo que atenta contra la salud pública y el medio ambiente.

Aquí siete datos para alimentar la reflexión:

Más del 70% de las tierras agrícolas (incluyendo pastos) de la UE no se destinan a alimentación humana sino de ganado;

Entre el 69 y el 79% del total de los pagos directos de la PAC (y alrededor del 20% del presupuesto total de la UE) se destinan a estas tierras agrícolas;

En España, dos terceras partes de las tierras cultivadas con cereales, semillas oleaginosas, leguminosas, hortalizas de raíz, entre otros cultivos, se destinan a alimentar animales y no personas;

En España, entre 2004 y 2016, se redujo un 27% el número total de granjas agrícolas, habiendo desaparecido totalmente las granjas más pequeñas, pero a la vez se incrementó un 96% el número de las más grandes;

En España, casi el 80% de la carne y lácteos ya se produce en macrogranjas, que presentan mayor impacto ambiental y socioeconómico;

España se encuentra entre los cuatro mayores productores europeos de carne de porcino, ovino, caprino y entre los tres mayores de carne de ternera;

Actualmente en España el 93,7% de la producción de carne de cerdo, el 94,2% de la carne de aves de corral y el 80,6% de la leche y otros productos lácteos se concentra en granjas grandes y muy grandes (con una producción económica anual de entre 100.000€ y 499.999€ y de 500.000€ o más respectivamente);

Es incuestionable el impacto que tiene la ganadería industrial sobre el planeta, así como el que tiene el desmesurado consumo de carne y otros derivados animales sobre nuestra salud. Precisamente, un reciente informe científico urgió a reducir el consumo de carne roja en Europa un 77%, estableciendo en 301 gramos el consumo (opcional) total de carne a la semana para lograr una “dieta de salud planetaria”. España es el segundo país de Europa donde más carne se consume: unos 257 gramos diarios según los últimos datos de la FAO. Así, siguiendo las recomendaciones científicas deberíamos reducir un 83% el consumo total de carne.

La futura PAC debe ser una apuesta clara por un modelo agrícola que respeta los límites planetarios, que es beneficioso para nuestra salud, que contribuye a reducir el desperdicio alimentario, a paliar el hambre en el mundo y a mantener un entorno rural vivo. Desde luego la futura PAC no puede seguir impulsando la agricultura y ganadería industriales. La futura PAC debe ser una apuesta decidida por la agroecología y por un modelo que fomente dietas menos cárnicas y el saludable consumo de alimentos de origen vegetal.

Di con nosotros ¡No más macrogranjas! y firma nuestra petición por un modelo agro-alimentario sostenible.

Luis Ferreirim

Responsable de Agricultura de Greenpeace España

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