Nueva PAC, una oportunidad para integrar a más mujeres en agricultura

Señalan desde Unión de Uniones

Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos junto con su organización de Mujeres Agricultoras y Ganaderas, pide medidas que ayuden a visibilizar el trabajo de las mujeres en el medio rural y sobre todo en el sector primario.

Unión de Uniones, con motivo del Día de la Mujer, pone el acento sobre la importancia de la actividad de las mujeres en los pueblos, en muchos casos invisibilizada y pide que la nueva PAC contemple medidas de discriminación positiva para que ayude a poner en valor su trabajo.

Indican que el trabajo en la agricultura y la ganadería en los países desarrollados en todo el mundo lo llevan a cabo un 43% de mujeres rurales que lo hacen muchas de veces con baja protección, falta de seguridad personal en los ingresos, mal remuneradas, escasa visibilidad y poca presencia en las políticas y decisiones que les afectan en su día a día.

La documentación de base elaborada por la Comisión Europea en la propuesta de nueva Política Agrícola Común (PAC) reconoce que “la gran mayoría de las mujeres en la agricultura están clasificadas oficialmente como que trabajan en granjas como miembros de la familia, incluso cuando la rutina diaria de administrar la granja se comparte a partes iguales con sus parejas”. “Además, la contribución de las mujeres al desarrollo local y comunitario es significativa, pero las mujeres rurales son una minoría en la toma de decisiones y la planificación, particularmente en el sector agrícola”, indica el documento sobre retos socio-económicos del informe Modernizar y Simplificar la PAC.

“Aún hay mucho que hacer”, afirma Rosa Arranz, presidenta de Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas. “Creemos que la nueva PAC puede representar una oportunidad para poder integrar a la mujer en toda la actividad agrícola y ganadera e impulsarla, así como a los jóvenes”, señala, poniendo de manifiesto el doble trabajo que tienen aún las mujeres, el de la producción y el de cuidados.

Unión de Uniones menciona la Ley de titularidad compartida que, si bien podía representar un impulso a la situación de la mujer, no se ha desarrollado tanto como se esperaba.

La organización, que se encuentra alineada con el tema de este año establecido por ONU Mujeres, “Soy de la generación de la igualdad: por los derechos de las mujeres”, insiste que aún hay que avanzar mucho para que se reconozca todo el trabajo que realizan en el medio rural. Igualmente, insiste en la doble brecha que existe, por ser mujer y por vivir en el medio rural.

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1 COMENTARIO

  1. Soy mujer y agricultora en una zona de montaña.

    En mi pueblo casi todas las explotaciones están a nombre de mujeres, pero la realidad es que soy la única agricultora que gestiona su explotación y trabaja en el campo.

    El resto son JUBILADOS o gente que trabaja en otros sectores que por edad o por invalidez “no pueden trabajar” y tienen la explotación a nombre de la mujer o de la hija para seguir cobrando la PAC.

    Estas “agricultoras” muchas veces hacen la incorporación de jóvenes a la agricultura para cobrar la subvención y jamas han arrancado un tractor en su vida ni saben dónde están las tierras…y están estudiando en la capital o criando o hacen “sus labores”, que es muy lícito todo pero no deberían recibir fondos de agricultura.

    Es por estos subterfugios, que la administración conoce, tolera y con los que colabora, que las tierras las siguen labrando jubilados , sigue habiendo mucha desigualdad y los pueblos se mueren, a pesar de los números y estadísticas que se muestren respecto a las mujeres.

    Además esto crea más y más desigualdad en el medio rural ya que “competimos” con todo eso…

    Cuando voy a la administración u otras entidades se sorprenden de que vaya yo a gestionar mis expedientes y no un hombre, como en casi todos los expedientes en las que el titular es una mujer y encima tengo que aguantar que me lo digan en la cara “ mira la única agricultora de verdad que conocemos”. Eso los mismos funcionarios que gestionan las explotaciones. Es un fraude vergonzoso en connivencia con la administración.

    Este fraude está tan generalizado que la gente te lo dice con normalidad: “voy a incorporar a mi hija y pongo la explotación a su nombre así, mientras estudia cobra la ayuda y nos sale redondo”. Vergonzoso!

    Estas prácticas fraudulentas y socialmente aceptadas perjudican, a medio y largo plazo, la igualdad en el medio rural y la fijación de la población y que provocan la sensación a la población de que las agricultoras no tenemos obstáculos y vivimos “de lujo” con todas las ayudas que nos dan por ser mujer.

    Las mujeres en el medio rural somos un motor y eso es innegable y habría que buscar otro tipo de ayudas para que las mujeres que viven en un pueblo de 300 habitantes y tienen hijos puedan trabajar y vivir dignamente, pero no ayudas agrícolas, porque eso perjudica a las agricultor@s de verdad.

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