Lorenzo Ramos es el secretario general de UPA y tras el periodo de movilizaciones ha sido entrevistado en la revista LA TIERRA del agricultor y ganadero, editada por la organización agraria y que por su interés recoge www.agroclm.com
Pregunta: ¿Cómo valoras las manifestaciones de los agricultores al límite?
Respuesta: Tenemos que sentirnos muy orgullosos de estas movilizaciones, que son ya históricas. Nadie recuerda una movilización de estas características en España. Creo que las protestas están siendo un ejemplo para toda la sociedad. Ahora vemos que lo que propusimos desde UPA a las otras organizaciones agrarias de ir en unidad de acción y distribuir las movilizaciones por todo el país ha sido una estrategia eficaz.
Hemos conseguido que la sociedad nos entienda y los políticos reaccionen. Los medios de comunicación han trasladado nuestras demandas y la opinión pública ha reconocido que tenemos un problema real.
¿Por qué ahora?
Nosotros llevamos casi quince años reclamando precios justos para nuestros productos. En UPA fuimos los primeros en reivindicar lo que hoy es ya un clamor. Recuerdo en 2008 cuando realizamos un mosaico de frutas en la Plaza Mayor de Cáceres para pedir precios justos, o en 2005, cuando repartimos un tráiler entero de frutas en la Plaza Mayor de Madrid. Son muchos actos y mucho trabajo durante un largo tiempo.
Pero llega un momento en que después de tantos años de lucha, y al ver que la lacra de la falta de precio se extiende a todos los sectores, la gente dice basta. El año 2019 ha sido tan nefasto que también ha indignado a los agricultores y ganaderos, que nos trasladaban ya desde final de año la necesidad de lanzar un gran proceso de movilización nacional, no para desahogarse, sino para lograr una solución definitiva al desequilibrio de la cadena agroalimentaria.
Si hay alguien que se ha movilizado ahora por motivos políticos, ese no es nuestro caso. Hay ciertos movimientos radicales que han surgido intentando montar conflicto en algunos de nuestros actos, pero creo que han sido absolutamente minoritarios, y las protestas han sido un ejemplo de lucha pacífica y contundente y por eso nos hemos ganado el apoyo de la ciudadanía.
¿Cuál ha sido el papel de UPA en las movilizaciones?
Ha sido fundamental. Si alguien está afectado en esta situación es la agricultura y ganadería familiar. El modelo familiar tradicional, vinculado a los pueblos y al territorio, pero modernizado, lo representa la UPA. Hay otros modelos de producción superintensivos que no tienen el problema de falta de rentabilidad que tienen nuestros afiliados. Creo que nuestra organización ha liderado, por una parte, las protestas y, por otra, las negociaciones para lograr cambios legislativos.
¿Cómo valoras los cambios legislativos que ha aprobado el Gobierno?
Creo que debemos ser honestos con nosotros mismos. Las movilizaciones no son un fin en sí mismo, son un medio para conseguir resolver nuestros problemas. Es cierto que tenemos una situación muy complicada y crítica en muchos sectores y necesitamos un plan con medidas concretas e inmediatas. Pero también tenemos que reconocer que las movilizaciones han dado un fruto muy importante, que es la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria. Por primera vez se recoge en la ley una reivindicación histórica de UPA como es que se prohíban las ventas a pérdidas en todos los eslabones de la cadena, que se aumenten las sanciones a quien incumpla, que las actuaciones de la AICA sean públicas… Ahora vamos a luchar para que la prohibición de la venta a pérdidas no se quede en el papel y se cumpla a rajatabla.
Cuando se hagan contratos en cualquier sector se tienen que reflejar los costes de producción y no puede ser que ningún productor perciba menos de lo que le cuesta producir. Esto es una conquista histórica. Vamos a exigir a las comunidades autónomas que pongan personal a disposición de la AICA para reforzar las inspecciones y que los que abusan sientan nuestro aliento en el cogote. Igual que lo tenemos nosotros si incumplimos cualquier norma laboral o burocrática de cualquier tipo.
¿La lucha acaba aquí?
Lo conseguido es muy importante. A mí me llegaron a poner el mote de “el cansino de los precios justos”. Y ahora que al fin la ley nos ampara no me gustaría que se quitara importancia a esto. Yo voy a defender esto a tope y voy a trabajar para que se cumpla y logremos mejorar nuestra situación. Hemos logrado el compromiso del ministro de mantener durante toda la legislatura el régimen de módulos del IRPF, así como la devolución del impuesto de hidrocarburos, que fue una conquista de UPA que ha supuesto un ahorro importantísimo para los agricultores y ganaderos; también hemos conseguido el compromiso de incrementar las ayudas a la contratación de seguros agrarios. Estas medidas son muy importantes y debemos ponerlas en valor.
Ahora bien, yo no voy a parar de pelear para que agricultores y ganaderos cobren lo que tienen que cobrar y logren salir de los números rojos. Se han creado una serie de mesas de trabajo con el Gobierno y trabajaremos en ellas. Pero nosotros vamos a seguir con el proceso de movilizaciones y el Gobierno no tiene por qué sentirse ofendido. Los agricultores estamos reivindicando lo que es justo. Lo que queremos es que cuando los tractores vuelvan a sus naves y los agricultores a sus casas, no tengamos que volver a sacarlos al año que viene. Queremos volver a nuestro trabajo y que cuando acabemos esta revuelta de los agricultores al límite podamos decir que la lucha ha merecido la pena.
¿Qué papel crees que está jugando el Gobierno en toda esta crisis? ¿Y el resto de Administraciones?
La actitud del Gobierno nos ha sorprendido. Nuestras reivindicaciones sobre los precios justos siempre habían obtenido un no por respuesta. No se podía ni plantear. Y esto pasaba con el Gobierno hace un año, hace cuatro y hace catorce años. Sin embargo, ahora hemos visto que se ha entendido nuestro problema. En apenas veinte días, el decreto con muchas de nuestras reivindicaciones estaba aprobado y publicado en el BOE. El Ministerio de Agricultura ha liderado, está claro, pero creo que el apoyo del presidente del Gobierno y del resto de Ministerios ha sido clave. Ahora debemos seguir insistiendo para cerrar el paquete de medidas y lograr todo lo que pedimos. Sobre las comunidades autónomas yo creo que deberían haber jugado un papel mucho más activo y más importante en esta crisis. Aunque debo decir que no todas han actuado igual. En el caso de Extremadura, de donde yo provengo, debo reconocer que sí nos han escuchado. Las comunidades autónomas tienen mucho que hacer y que aportar.
¿Cómo esperas que se comporte el resto de la cadena tras las protestas y los cambios legales introducidos?
Muchos agentes de la cadena que tenían la sartén por el mango ahora ven que se les acaba el chollo. Ahora tienen que dialogar, actuar y dar soluciones. Me preocupan los mensajes que algunos han lanzado de que estas medidas van a suponer un encarecimiento de los alimentos para los consumidores. Eso es mentira. Con lo que pagan los consumidores hay de sobra en la mayor parte de los casos para que la cadena sea viable.
Pero tiene que haber un reparto mucho más justo. No se trata de que paguen más, sino de que lo que pagan se reparta mejor. También hay que luchar para eliminar intermediarios y que las industrias y la gran distribución hablen directamente con las cooperativas y con los propios agricultores y ganaderos y no tengamos que pasar por cuatro intermediarios que se están forrando.
“No hay que recortar la PAC, sino hacerla más justa y más social”
El proceso de movilizaciones históricas de los primeros meses de 2020 coincide, además de con los gravísimos problemas en los mercados, con dos debates decisivos en la Unión Europea, primero el de los presupuestos comunitarios para los próximos años y, condicionado por este, la negociación sobre el futuro de la PAC, ¿te preocupa el contexto internacional?
Sobre todo me preocupa la actitud de la Comisión Europea. En un contexto internacional como el que vivimos actualmente, Bruselas está planteando un recorte de las ayudas europeas. Los Estados miembros deben ser conscientes de que deberán destinar más fondos para afrontar los retos que tenemos por delante, hasta el 1,3% del PIB.
En un escenario con el veto ruso, las guerras comerciales, los aranceles, el Brexit, acuerdos comerciales injustos…, no podemos seguir funcionando como hasta ahora. No puede ser que muchos que no necesitan apoyo estén recibiendo ayudas millonarias. Europa tiene que cambiar el chip. Nos exigen las normas más duras del mundo y luego nos inundan con alimentos producidos de cualquier manera y a cualquier precio.
¿Cómo va el proceso de reforma de la PAC?
En el último Consejo Europeo varios países, entre ellos España, se plantaron y dijeron que no aceptaban el recorte del 14% en las ayudas de la PAC. Queremos un acuerdo, pero está claro que es mejor un no acuerdo que un mal acuerdo, aunque esto retrase un poco la reforma.
Creemos que la PAC no debe ser recortada, sino que debe ser mucho mejor distribuida para que sea más justa y más social. El Plan Estratégico de la futura PAC para España, en el que ya estamos trabajando desde hace meses, debe servir para que se acaben las injusticias con las ayudas.
Deben reducirse las regiones, equilibrar las ayudas que reciben unos y otros sectores y actualizar la PAC para adaptarla a los tiempos, sobre todo en el tema de los derechos históricos, un asunto con el que tenemos que terminar.
Una de las claves del futuro de Europa será el “reverdecimiento” de la economía, ¿cómo nos afectará eso a los agricultores y ganaderos españoles?
Llevamos tanto trabajado en materia de sostenibilidad… Todo lo que nos han ido exigiendo lo hemos ido cumpliendo escrupulosamente. Los agricultores y los ganaderos estamos preparados para todo, y el tema del paquete verde está muy bien, pero no puede aplicarse a costa de la renta de los productores.
A nosotros no nos asustan las exigencias en sostenibilidad, nadie puede darnos lecciones a los agricultores y ganaderos españoles, pero hay que ser conscientes de que esas exigencias tienen un coste. Nosotros producimos alimentos y cuidamos el medio ambiente, pero la sociedad debe saber que eso tiene un coste. Y para poder hacer eso necesitamos tener una rentabilidad para seguir adelante.
¿Sigue siendo viable el modelo familiar de agricultura y ganadería?
Yo creo que el modelo de futuro, el más deseable y el más sostenible es el modelo familiar. Creo que el modelo de agricultura y ganadería familiar, pegado al territorio, es el único modelo que garantiza la seguridad, la variedad y la calidad. No ha habido ninguna crisis alimentaria que haya surgido en una explotación familiar.
La lucha contra el despoblamiento solo podrá hacerse desde nuestro modelo familiar. Ojo, que la agricultura familiar no debe ligarse a un concepto de subsistencia, sino de desarrollo, de competitividad y de modernización. La agricultura y la ganadería familiar tienen futuro, y desde UPA vamos a luchar por que así sea.
Muchos hablan de los ODS como los pilares del desarrollo para la próxima década. ¿Cuál es el papel de la agricultura y la ganadería en el desarrollo sostenible?
Es absolutamente clave. Si no se frena la tendencia de cierre de explotaciones familiares, sociales y sostenibles, si se siguen arrancando árboles frutales y sustituyéndolos por producciones superintensivas y sin agricultores, estaremos fracasando en materia de desarrollo sostenible. Europa no logrará alcanzar un verdadero desarrollo sostenible sin proteger a la agricultura y ganadería familiar.
UPA es una organización que siempre da la cara y lucha para mejorar la calidad de vida en el medio rural
El año 2020 está siendo decisivo para la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos por muchos motivos, entre otros porque la organización ya ha comenzado el periodo congresual en las uniones territoriales, previo al congreso federal previsto para el próximo mes de octubre. De todo este proceso saldrán nuevas estructuras y objetivos para los próximos años, ¿cómo afrontas estos retos?
Lo afronto con ilusión. Hemos pasado tiempos muy complicados y los seguimos pasando, pero creo que la organización está muy bien. Tenemos una buena salud, vamos todos a una y estamos centrados en defender a nuestros afiliados y afiliadas y en resolver sus problemas. En los primeros congresos provinciales y regionales que ya se están celebrando veo a la gente con ilusión, con ganas, y esto me llena de satisfacción.
¿Cómo crees que ha evolucionado UPA en los últimos años?
Yo llevo más de 30 años siendo afiliado de UPA y trabajando para ella. Cuando yo empecé, UPA apenas existía y actualmente somos la organización líder en muchas zonas. El gran trabajo de Fernando Moraleda fue clave en sus inicios, que estructuró la organización y le dio cuerpo. Hoy nos hemos ganado el respeto de los agricultores y ganaderos y de toda la sociedad. Nosotros nos hemos movilizado siempre, gobierne quien gobierne. Hemos demostrado seriedad y cercanía. Y hemos logrado superar muchas dificultades y seguir defendiendo, representando y prestando servicios a los agricultores y ganaderos.
Somos una organización que siempre da la cara y lucha para mejorar la calidad de vida en el medio rural. Creo que somos una herramienta absolutamente necesaria y nuestra historia y nuestro trabajo de más de 35 años son nuestra mejor carta de presentación.
