La Fundación Consejo Regulador de la Denominación de Origen “Montes de Toledo” ha hecho público el resultado de las catas realizadas por su panel de catadores para determinar los ganadores de la XIX edición de los Premios Cornicabra, que reconoce anualmente a los mejores aceites de oliva virgen extra producidos en cada campaña bajo el amparo de esta figura de calidad diferenciada.
Dadas las circunstancias especiales a causa de la pandemia, el acto de entrega de premios está previsto para el próximo otoño, confiando en que la situación sanitaria permita en esa época la celebración de un encuentro con todos los representantes del sector y con la incorporación de novedades.
El primer premio ha recaído en la almazara Finca La Pontezuela, de Los Navalmorales (Toledo), mientras que los accésits han ido a parar a Dehesa El Molinillo, de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) y la Cooperativa Tesoro de Guarrazar, de Guadamur (Toledo), que recibe a su vez el premio al Mejor AOVE Ecológico de la DOP Montes de Toledo.
Así mismo, el premio “Maestro Molinero 2021”, patrocinado por la firma Pieralisi España, es para Esteban Gómez Arevalillo Martín, encargado de elaborar el aceite en la almazara ganadora.
El objetivo de estos premios, según el director de la DOP, Enrique García Tenorio, es incentivar y premiar la preocupación de cada almazara por la calidad de los aceites de oliva virgen extra cornicabra producidos bajo el amparo de la DOP Montes de Toledo que, con más de 10.000 agricultores y 32 almazaras y envasadoras acogidas de las provincias de Ciudad Real y Toledo, es la más antigua de las localizadas en Castilla-La Mancha.
Proceso de cata y selección
El panel de catadores de Montes de Toledo, uno de los más prestigiosos de nuestro país y compuesto de una veintena de personas profesionales con dilata experiencia en el sector, es el jurado que se encarga de valorar las muestras que optan a estos premios. Esta labor ha sido especialmente complicada en esta edición debido a la extraordinaria calidad de las muestras presentadas, que han sido tomadas directamente en la almazara por el personal de la denominación de origen.
Así, tras una primera cata en la que el jurado seleccionó los cinco mejores de entre todos los presentados, se realizó una segunda prueba durante la cual cada juez valoró los AOVEs finalistas en función de sus características sensoriales, evaluando tanto las intensidades del frutado en nariz y en boca, como la complejidad de los aromas, su equilibrio, armonía y persistencia; para establecer finalmente una valoración global que permitiese ordenarlos según su calidad.