Advierten sobre el barrenillo del olivo en un año con mucha poda

Debido a los daños provocados por el temporal ‘Filomena’ en los árboles

Foto ASAJA Toledo

El Boletín Fitosanitario de Avisos e Informaciones de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha informa en su último número sobre el barrenillo del olivo, señalando que los adultos de este coleóptero son de pequeño tamaño, miden de 2-2,5 mm de longitud por 1,5-2 mm de anchura, de cuerpo grueso y de color pardo al principio, que se oscurece hasta el negro ante. Los huevos puestos por las hembras son de color blanco amarillento de forma ovalada y de consistencia blanda. Miden aproximadamente 0,75 mm de longitud y 0,5 mm de anchura.

Las larvas son ápodas, carecen de ocelos y ojos y tienen potentes mandíbulas con la que excavan una galería en dirección perpendicular a la efectuada por los progenitores. Su cuerpo es arqueado, de color blanco al inicio y va amarilleando después. Su longitud varía desde los 0,9 mm desde su nacimiento hasta los 3,8 mm en su máximo desarrollo.

Ciclo biológico

El adulto pasa el invierno en galerías excavadas en las inserciones de las hojas, yemas, axilas de las ramas y pedúnculos de frutos. Al final del invierno, coincidiendo normalmente con la época de poda se dirigen a los restos de poda, practicando galerías donde realizar la puesta. Prefieren ramas de grosor medio y corteza lisa, realizando las puestas en la parte más sombreada.

Excavan una galería que rodea a la rama, donde realizan el acoplamiento depositando los huevos en un surco lateral que hacen en las paredes de la galería. Este surco, es taponado por una mezcla de sustancia mucilaginosa y serrín, a fin de que los huevos no puedan rodar por la galería. El número de huevos depositados es muy variable, oscilando entre los 20 y 100.

Las larvas se alimentan de la madera practicando unas galerías perpendiculares a la de puesta y pupan en su interior. Los adultos abandonan las galerías perforando la corteza entre 40 y 60 días después, generalmente entre finales de y julio dependiendo de las zonas. Tras la emergencia se dirigen a los olivares más próximos para alimentarse de madera en las galerías nutricias que realizan en las axilas de las ramas. Suelen quedarse en el olivar hasta la primavera siguiente, donde repetirán de nuevo su ciclo.

Daños

El daño más grave se debe a las galerías de alimentación de los adultos, que provocan la seca y posterior caída de hojas, frutos y ramitas productivas, ocasionando un deficiente desarrollo vegetativo del árbol y afectando a la cosecha de años sucesivos. Así pues, los árboles afectados disminuyen su tamaño y la relación hoja/madera, por lo que su producción baja considerablemente, pudiendo llegar a ser improductivos. Estos daños son más representativos en olivares cercanos a núcleos de población donde se realizan almacenamientos de poda inadecuados.

Regulación de las poblaciones

Este escolítido es atacado por diversos enemigos naturales, entre ellos varias especies de himenópteros parásitos destacando los del género Cerocephala, Cheiropachus, Eurytoma y Rhaphitelus.

Seguimiento de las poblaciones

Para observar cómo evoluciona la población de la plaga, se colocan a principios de primavera palos cebo al pie de los árboles y se retirarán antes de la salida de los nuevos adultos (finales de mayo), esto nos ayudará a determinar el momento de tratamiento de los nuevos adultos.

Estrategia de lucha

En el control de esta plaga juegan un papel importantísimo las medidas culturales, que básicamente consisten en la gestión adecuada de la leña de poda, y deben estar ligadas al ciclo biológico del insecto. Una opción posible consistiría en adelantar la poda, para que en el momento de la ovoposición los restos de leña estén demasiado secos para que el insecto pueda realizar la puesta. Del mismo modo, también se pueden mantener durante un tiempo palos-cebo en lugares sombreados y repartidos en montones por todo el olivar (un máximo del 10% del total de la parcela), para que los barrenillos realicen la puesta en ellos. Cuando se observen montoncitos de serrín, se deben eliminar mediante la quema o la trituración, siempre antes de mediados de mayo.

Otra alternativa consistiría en podar en el momento de máxima actividad reproductora del insecto para intentar realizar una captura masiva de adultos, siempre y cuando la leña sea destruida antes de la emergencia de la nueva generación (mediados de mayo) o retirada y guardada donde los insectos no puedan salir del lugar del almacenamiento.

En enero del 2021 el temporal ‘Filomena’ trajo consigo grandes nevadas seguidas de varios días consecutivos con temperaturas bajo cero y picos de hasta -17ºC. A consecuencia de las mismas muchos olivares han sufrido daños severos y requerirán de podas que permitan renovar su parte aérea para hacerlos nuevamente productivos. Como esta circunstancia afecta a multitud de parcelas y, teniendo en cuenta la mayor severidad con que en muchas ocasiones ha de realizarse la poda, en el presente año en muchas zonas se generarán grandes cantidades de leña. Por tanto, en aras de controlar al máximo las poblaciones de este escarabajo, particulares y empresas del sector que acumulen leña de olivo han de poner gran interés en el cumplimiento de la normativa vigente para el control del barrenillo:

“En la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha contamos con la Orden de 17 de mayo de 1996, de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, por la que se dictan normas para la lucha contra el barrenillo del olivo. La misma establece que los restos de poda que no sean destruidos en el propio olivar por el fuego o por trituración, deberán guardarse en lugares herméticamente cerrados. Entendiéndose como tales leñeras de obra civil techados con, al menos, un cielo raso y con puertas y ventanas tabicadas. También se pueden enterrar en zanjas o trincheras, quedando la leña bajo un espesor mínimo de 25 cm de tierra, y en albercas en las que la leña quede cubierta de agua. En el caso de incumplir estas medidas de prevención puede abrirse un expediente sancionador por la autoridad competente”.

En olivares que tengan problemas de verticilosis (Verticillium dahliae) no debe realizarse el triturado de restos de poda pues con ello se puede contribuir a propagar la enfermedad.

 

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