¿Hasta cuándo se recomienda podar la viña en España?

La máxima general dice que, como muy tarde, antes del comienzo de la primavera

viña

Para la poda de la viña, la recomendación general es que se debe realizar entre el final del invierno y el comienzo de la primavera.

La web especializada vinetur recoge que, de forma general, el período más adecuado es cuando la planta está en reposo, entre la caída de la hoja, aproximadamente en el mes de noviembre y el momento de la brotación, al inicio de la primavera. Y siempre debe realizarse en el período de dormición de las yemas latentes. Es decir, actualmente, en abril, las podas han debido terminarse. Incluso las más tardías. El ciclo fenológico de la vid hace que, terminado el lloro, la planta comience a despertar en estos momentos, abriendo ya las yemas hasta ahora latentes.

¿Cuándo podar las viñas?

Viveros Macaya publica en su web que la elección de la época del año en la que podar es muy importante, ya que determinará su calidad y crecimiento. Por eso es importante recalcar que la poda de la vid debe hacerse cuando ésta esté en reposo vegetativo, ya que de otra manera la planta no habrá almacenado los nutrientes suficientes y se podrá debilitar y perder mucha energía.

Por eso se recomienda hacer esta poda entre el final del invierno y el comienzo de la primavera, cuando la planta produce una fructificación más abundante y óptima. Así, se puede diferenciar dos épocas o tiempo de podar: la poda de invierno o poda en seco y la poda en primavera o poda en verde.

Poda de invierno o poda en seco

Esta poda invernal se debe comenzar en el momento en el que las hojas comienzan a caer o cuando están más amarillas, a punto de caer y antes de que vuelvan a salir los brotes nuevos. Es decir, cuando la planta está en estado vegetativo y la circulación de la savia ha bajado.

La poda en seco o poda de invierno sirve para eliminar los sarmientos de la temporada anterior y también para cortar madera de dos años o más, favoreciendo así la regeneración de la planta.

Se recomienda no podar con temperaturas que sean demasiado bajas ya que las heladas hacen que la madera se vuelva quebradiza y se pueda astillar con los cortes. Además, las temperaturas bajas hacen que la madera tarde más en cicatrizar con la consecuencia de que pueda sufrir enfermedades como la yesca o eutipiosis.

En este estado vegetativo, la planta dará sensación de muerta ya que la parra queda seca a la vista pero en ningún caso hay que regar puesto que es normal ese estado de reposo.

Poda en verde

La poda verde o poda de primavera complementa la poda de invierno y solo se hace si han crecido demasiado los brotes, con el fin de rebajar el rendimiento de la planta y conseguir una calidad mejor en las uvas.

Este tipo de poda también sirve para eliminar los brotes que no interese que prosperen por ser potencialmente improductivos o por estar mal ubicados, para, de ese modo, no cargar en exceso la parra y obtener así mejores frutos.

Esta poda es interesante en las zonas en donde puede haber riesgos de heladas primaverales. Por lo general, la poda en verde se realiza al final de la primavera, cuando la vid ya ha brotado.

En la poda se eliminan las yemas, los pámpanos o sarmiento verdes, las hojas que sobran y sobrecargan la planta y se quitan también los brotes que están mal ubicados y que serán poco fértiles porque no les llega bien a luz del sol o porque están rozando el suelo.

Si la poda se realiza antes de que la planta entre en reposo, las hojas no han enviado a las partes leñosas todas sus reservas en forma de carbohidratos, logrando el debilitamiento de la planta y haciendo que brote tardíamente y de forma menos vigorosa.

Si la poda se realiza después de que la planta inicie la brotación (poda tardía), con el corte se eliminan gran cantidad de las reservas ya movilizadas por la planta y situadas en los órganos podados, lo que retrasa la nueva brotación y debilita la planta.

Esta poda tardía, con el consiguiente retraso en la brotación, realizada de forma puntual y no continuada a lo largo de los años, sería interesante para lograr evitar los daños que causarían las heladas primaverales en las plantas recién brotadas, y principalmente en plantas jóvenes.

Distintos estudios han determinado que con una poda al inicio del invierno (en diciembre o enero) la brotación es temprana e irregular, disminuyendo significativamente la producción, puesto que hay yemas que no llegan a brotar.

Sin embargo, podas más próximas al inicio de la brotación (febrero-marzo) consiguen una brotación más regular, algo más tardía y una producción óptima.

Aun podando dentro del período de reposo vegetativo, son varios los motivos que tiene el viticultor para podar antes o después, pero pocos los efectos que se producen en la planta según sea la poda temprana (noviembre-diciembre) o tardía (febrero-marzo).

Cuando se dispone de poca mano de obra y muchas plantas que podar, el agricultor programa la poda desde noviembre para poder terminar la labor antes de primavera, teniendo en cuenta que sobre las plantas que han sido podadas un año de forma temprana, debe realizarse esta labor al año siguiente de forma más tardía y viceversa.

Por otro lado, el momento de la poda no tiene influencia en el desarrollo productivo de la planta en el año agrícola, ya que el inicio de la cosecha depende de las condiciones del año anterior al que se realiza la poda.

Además, hay otras consideraciones a la hora de organizar la poda:

-Climatología.

-Orografía del terreno.

-Edad de la planta de vid.

-Variedades precoces y tardías.

-Influencia del portainjerto.

Imagen: lucianarota

 

 

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