Existe una clara probabilidad de que haya escasez de ciertos fertilizantes en 2022

Según las últimas perspectivas publicadas por la Asociación Internacional de Fertilizantes (IFA)

fertilizantes

Además de las restricciones en el comercio de cereales, la guerra en Ucrania ha sacudido el mercado mundial de fertilizantes debido a la dificultad de Rusia para venderlos y los problemas de la Unión Europea (UE) para producirlos por el encarecimiento del gas.

Existe una clara probabilidad de que haya escasez de ciertos fertilizantes en 2022, según las últimas perspectivas publicadas por la Asociación Internacional de Fertilizantes (IFA), integrada por más de 400 miembros en unos 70 países.

La crisis tiene su origen principalmente en las sanciones europeas impuestas a Rusia y Bielorrusia, que representan juntas un 40 % del potasio comercializado en el mundo, mientras que solo Rusia es responsable del 25 % del comercio global de nitrógeno.

Reforzar la autonomía europea

El Gobierno de España manifestó recientemente, junto a Francia, la necesidad de reforzar la autonomía europea en ese ámbito, clave para la producción de alimentos.

Fuentes de la industria española han destacado a Efeagro que están poniendo todos sus esfuerzos en garantizar el abastecimiento a los agricultores y diversificar sus fuentes de materias primas, a pesar de las circunstancias actuales.

La patronal Fertilizers Europe ha alertado de que la capacidad de producción europea se ha reducido más del 70 % debido a los precios récord del gas natural, que supone el 90 % de los costes variables de esa producción e impiden a los fabricantes competir en el mercado.

Dicho impacto se debe al hecho de que el gas natural es la principal materia prima para la producción de amoniaco, considerado el cimiento de la industria de fertilizantes nitrogenados.

Según datos del sector, la UE consumía en 2018 unos 20 millones de toneladas de fertilizantes (sobre todo de nitrógeno en agricultura) y producía unos 18 millones, el 7,2 % de la producción global.

Los principales importadores eran Rusia (por valor de 1.120 millones de euros en 2020), Marruecos (492 millones), Egipto (411 millones) y Bielorrusia (372 millones), de acuerdo con Fertilizers Europe, que señala que los fertilizantes se utilizan en 133,8 de los 178,4 millones de hectáreas agrícolas en la Unión Europea, principalmente en cereales y pastos.

El impacto de la guerra y las sanciones

La Asociación Internacional de Fertilizantes destaca que la actual crisis de disponibilidad surge de las sanciones a dos de los principales países productores.

En junio de 2021, la UE adoptó medidas contra Bielorrusia, como la restricción del comercio de cloruro potásico, en respuesta a la escalada de violaciones de derechos humanos y al desvío forzoso de un vuelo de Ryanair a Minsk para detener a un periodista local.

La mayoría de las exportaciones de potasio desde Bielorrusia pasan por Lituania, pero las líneas de ferrocarril se niegan a transportarlas en territorio europeo, lo que se ha traducido en un bloqueo efectivo.

Tras la invasión rusa de Ucrania, iniciada el pasado febrero, la UE no ha sancionado directamente al sector de los fertilizantes de Rusia, pero las medidas financieras impuestas sí han impactado de manera indirecta y, junto con las restricciones logísticas en los puertos rusos, han reducido el flujo de exportaciones de estos productos, según la IFA.

La semana pasada, Moscú admitió que hay mayor presión sancionadora por parte de Occidente y que los bancos e instituciones financieras están dejando de conceder créditos y asegurar los contratos de venta de alimentos y fertilizantes rusos.

Ucrania, que también es clave en el comercio global de nitrógeno y potasio, aseguró en la conferencia sobre seguridad alimentaria celebrada este martes en Bruselas que está sufriendo la escasez de fertilizantes por el impacto de la guerra y que, pese a intentar reducir su uso, existe el riesgo de que haya entre un 30 y un 60 % menos de tierras cultivadas la próxima temporada.

Tras el acuerdo logrado hace semanas entre Ucrania y Rusia para permitir de nuevo la salida de grano ucraniano, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha insistido en que también se debe facilitar el acceso sin restricciones de alimentos y fertilizantes de Rusia, que no están sujetos a sanciones, porque «sin fertilizante en 2022 puede que no haya suficiente alimento en 2023».

La IFA ha precisado que China, otro importante suministrador mundial de fertilizantes, ha impuesto restricciones a la exportación para proteger su agricultura ante las tensiones del mercado global, recortando todavía más la oferta.

Un total de 113 millones de toneladas de productos basados en nitrógeno se utilizaban en la agricultura mundial en 2020, mayormente en China, India y Estados Unidos, mientras que los fertilizantes fosfatados sumaban 48 millones de toneladas y el potasio soluble, 39 millones, según estadísticas de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Belén Delgado. EFEAGRO

Según las últimas perspectivas publicadas por la Asociación Internacional de Fertilizantes (IFA)

Además de las restricciones en el comercio de cereales, la guerra en Ucrania ha sacudido el mercado mundial de fertilizantes debido a la dificultad de Rusia para venderlos y los problemas de la Unión Europea (UE) para producirlos por el encarecimiento del gas.

Existe una clara probabilidad de que haya escasez de ciertos fertilizantes en 2022, según las últimas perspectivas publicadas por la Asociación Internacional de Fertilizantes (IFA), integrada por más de 400 miembros en unos 70 países.

La crisis tiene su origen principalmente en las sanciones europeas impuestas a Rusia y Bielorrusia, que representan juntas un 40 % del potasio comercializado en el mundo, mientras que solo Rusia es responsable del 25 % del comercio global de nitrógeno.

Reforzar la autonomía europea

El Gobierno de España manifestó recientemente, junto a Francia, la necesidad de reforzar la autonomía europea en ese ámbito, clave para la producción de alimentos.

Fuentes de la industria española han destacado a Efeagro que están poniendo todos sus esfuerzos en garantizar el abastecimiento a los agricultores y diversificar sus fuentes de materias primas, a pesar de las circunstancias actuales.

La patronal Fertilizers Europe ha alertado de que la capacidad de producción europea se ha reducido más del 70 % debido a los precios récord del gas natural, que supone el 90 % de los costes variables de esa producción e impiden a los fabricantes competir en el mercado.

Dicho impacto se debe al hecho de que el gas natural es la principal materia prima para la producción de amoniaco, considerado el cimiento de la industria de fertilizantes nitrogenados.

Según datos del sector, la UE consumía en 2018 unos 20 millones de toneladas de fertilizantes (sobre todo de nitrógeno en agricultura) y producía unos 18 millones, el 7,2 % de la producción global.

Los principales importadores eran Rusia (por valor de 1.120 millones de euros en 2020), Marruecos (492 millones), Egipto (411 millones) y Bielorrusia (372 millones), de acuerdo con Fertilizers Europe, que señala que los fertilizantes se utilizan en 133,8 de los 178,4 millones de hectáreas agrícolas en la Unión Europea, principalmente en cereales y pastos.

El impacto de la guerra y las sanciones

La Asociación Internacional de Fertilizantes destaca que la actual crisis de disponibilidad surge de las sanciones a dos de los principales países productores.

En junio de 2021, la UE adoptó medidas contra Bielorrusia, como la restricción del comercio de cloruro potásico, en respuesta a la escalada de violaciones de derechos humanos y al desvío forzoso de un vuelo de Ryanair a Minsk para detener a un periodista local.

La mayoría de las exportaciones de potasio desde Bielorrusia pasan por Lituania, pero las líneas de ferrocarril se niegan a transportarlas en territorio europeo, lo que se ha traducido en un bloqueo efectivo.

Tras la invasión rusa de Ucrania, iniciada el pasado febrero, la UE no ha sancionado directamente al sector de los fertilizantes de Rusia, pero las medidas financieras impuestas sí han impactado de manera indirecta y, junto con las restricciones logísticas en los puertos rusos, han reducido el flujo de exportaciones de estos productos, según la IFA.

La semana pasada, Moscú admitió que hay mayor presión sancionadora por parte de Occidente y que los bancos e instituciones financieras están dejando de conceder créditos y asegurar los contratos de venta de alimentos y fertilizantes rusos.

Ucrania, que también es clave en el comercio global de nitrógeno y potasio, aseguró en la conferencia sobre seguridad alimentaria celebrada este martes en Bruselas que está sufriendo la escasez de fertilizantes por el impacto de la guerra y que, pese a intentar reducir su uso, existe el riesgo de que haya entre un 30 y un 60 % menos de tierras cultivadas la próxima temporada.

Tras el acuerdo logrado hace semanas entre Ucrania y Rusia para permitir de nuevo la salida de grano ucraniano, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha insistido en que también se debe facilitar el acceso sin restricciones de alimentos y fertilizantes de Rusia, que no están sujetos a sanciones, porque «sin fertilizante en 2022 puede que no haya suficiente alimento en 2023».

La IFA ha precisado que China, otro importante suministrador mundial de fertilizantes, ha impuesto restricciones a la exportación para proteger su agricultura ante las tensiones del mercado global, recortando todavía más la oferta.

Un total de 113 millones de toneladas de productos basados en nitrógeno se utilizaban en la agricultura mundial en 2020, mayormente en China, India y Estados Unidos, mientras que los fertilizantes fosfatados sumaban 48 millones de toneladas y el potasio soluble, 39 millones, según estadísticas de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Belén Delgado. EFEAGRO

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