Devastación, desolación y abandono del almendro alicantino, tras seis años de Xylella Fastidiosa

ASAJA rechaza la gestión de la Generalitat Valenciana

187.400 almendros arrancados, 2.620 hectáreas arrasadas, lo que se traduce en cientos de agricultores a los que les han quitado su actividad, para unos complementaria, para otros, principal fuente de ingresos, pero, para la mayoría, con gran valor sentimental, puesto que la figura del pequeño agricultor y una arraigada tradición familiar son las principales señas de identidad de los pueblos afectados, todos ellos pertenecientes a la Marina Alta, Marina Baixa, L’Alcoià y El Comtat.

Singularidad que, además, confería a estos enclaves de montaña una belleza paisajística única, cuyos almendros en flor presumían de ser uno de sus principales reclamos turísticos que ya no se producirá esta primavera, con consecuencias económicas y sociales irreparables.

Este es el resultado de la “errática e impositiva” política que ha llevado a cabo la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana desde que se detectase el primer brote de Xylella Fastidiosa en 2017, basada en la destrucción y la tala masiva de almendros, lamentan desde ASAJA Alicante.

Denuncian que los datos que se desprenden del último brote publicado por parte de la Conselleria de Agricultura, que es la decimoctava actualización de la situación de la plaga en la Comunitat, revelan el “rotundo fracaso” de la gestión de la Generalitat para atajar la plaga de la Xylella Fastidiosa en Alicante, presente en los pueblos de las comarcas de la Marina Baixa, Marina Alta, L’Alcoià y el Comtat.

“Desde ASAJA consideramos que con las 18 notificaciones que se han hecho hasta la fecha sobre los brotes aparecidos de Xylella, la situación es de 22 especies vegetales infectadas, de las cuales tan sólo 3 pertenecen a cultivos permanentes (almendro, ciruelo y albaricoquero), el resto son del medio natural, queda bastante demostrado que después de 5 años y medio de la primera detección la bacteria ya está ampliamente establecida en la zona demarcada y no es posible su erradicación porque, por mucho que talen almendros, no pueden arrasar toda la masa forestal infectada que hay en el monte”, denuncia Tere Alemany, técnico de ASAJA Alicante en la zona de la Montaña de Alicante.

La organización agraria denuncia que el Consell se ha equivocado en su estrategia, afirmando que “pensamos que podría haber conseguido el mismo resultado con una estrategia de contención, creando las barreras oportunas, es decir, con unas medidas menos agresivas y lesivas para el territorio y las personas que viven en él”.

ASAJA critica que en la estrategia de lucha para combatir la Xylella se hayan arrancado multitud de almendros sanos que perfectamente podrían haber convivido con las medidas de contención de la plaga, al igual que ha ocurrido con el picudo en el cultivo de palmeras. “Pero no, han preferido sacrificar a Alicante para que, por todos los medios, la plaga no llegara a Valencia y, como siempre, cuando no tienen justificación alguna por el daño que han hecho a estos pueblos y sus ciudadanos, se escudan en Bruselas. Todo se hace porque obliga Bruselas, cuando saben que se podría haber luchado por la contención, como la llevan aplicando años en otros territorios como Italia”, declara Espinosa, que también critica “el afán de Conselleria de aparentar que se hace algo ante los ojos de Bruselas, a sabiendas de que no es efectivo”.

Otro de los aspectos que desde ASAJA critican con respecto a la gestión de esta plaga es que la compensación económica nunca ha estado en primer plano: las indemnizaciones son bajas y su pago se ha demorado tanto que perdían el objetivo para el que fueron diseñadas.

Asimismo, ASAJA denuncia el fracaso de la replantación, donde ha resaltado el poco atractivo de las especies autorizadas para ello, bien por su poca rentabilidad, porque necesitan tierras de regadío, porque no son óptimas para la zona por la complicada orografía del terreno o porque mucha de la población que gestionaba los almendros son personas mayores que, una vez arrancados sus árboles, solo se plantean el abandono, no el inicio de nuevos proyectos.

Con tal escenario y ante el cúmulo de “erráticos pasos”, piden a la Conselleria de Agricultura que abandone “de una vez” una estrategia que solo ha dejado “devastación, desolación y abandono”.

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