¿Se juega la batalla electoral de Castilla-La Mancha en el campo? Antonio Gómez Olmos. Editor agroclm

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Antonio Gómez Olmos               Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma donde una gran parte de su población habita en zonas rurales y, por tanto, está de una u otra forma muy ligada al sector agropecuario.

Además de los problemas del resto de los españoles, agricultores y ganaderos tienen los suyos particulares, como la escasez de lluvias, los elevados costes de producción, las limitaciones de los riegos, la falta de rentabilidad de sus explotaciones, las plagas de los cultivos y las enfermedades del ganado…

Esto han parecido percibirlo las diversas fuerzas políticas de Castilla-La Mancha que se han lanzado a la captura del voto rural, en una especie de ‘El disputado voto del Sr. Cayo’, obra del genial Miguel Delibes, llevada a la gran pantalla por Antonio Giménez-Rico.

En las elecciones de 2015, María Dolores de Cospedal no consiguió seguir al frente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, aunque el PP fue el partido más votado. Algunos analistas y muchas voces señalaron que los pocos miles de votos que le faltaron para revalidar su presidencia en el Gobierno regional se le escaparon en las zonas rurales, entre agricultores y ganaderos.

Ahora, las principales fuerzas políticas de Castilla-La Mancha: PSOE y PP, están centrando buena parte de sus cartuchos electorales en el campo, con temas como la denuncia de los regantes de la Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas Rus Valdelobos, que tanto ruido mediático ha generado; la nueva Ley de Agricultura Familiar y Acceso a la Tierra de Castilla-La Mancha; la incidencia de la viruela ovina y caprina; las ayudas a la Agricultura Ecológica y, lógicamente, el trasvase Tajo-Segura.

Raro es el día en el que en los medios regionales no aparecen informaciones, de uno y otro lado, sobre alguno de estos temas. Y más extraño es aún no leer casi a diario duros intercambios de palabras sobre los asuntos referidos.

En Castilla-La Mancha votan algo más de 1,5 millones de personas, repartidos en más de 900 localidades, destacando las de la provincia de Toledo, seguidos de Ciudad Real y Albacete. Una gran parte de estos potenciales votantes viven en localidades de menos de 5.000 habitantes, donde agricultura y ganadería son labores generalizadas. E incluso en grandes localidades castellanomanchegas, como Tomelloso, entre las diez poblaciones con más vecinos de la región, el sector primario tiene una gran relevancia, al igual que en otras como Valdepeñas, Manzanares, Villarrobledo, Hellín…

Al final, será lo que tenga que ser, pero puede ser positivo que definitivamente los partidos políticos hayan comprendido la importancia de agricultores y ganaderos en regiones como Castilla-La Mancha. Eso, o que han analizado las recientes elecciones neerlandesas, donde el ‘Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB)’ ha ganado en todas las provincias y contará con el mayor número de escaños en la Cámara Alta del Parlamento holandés.

Antonio Gómez Olmos. Editor de agroclm

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