El técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, Vicente Marqueta, ha realizado su análisis periódico del mercado de los cereales.
Marqueta estima una tendencia a la baja de los precios de trigo, cebada y maíz.
Apunta que cuesta trabajo creer que ante la desastrosa cosecha nacional esperada por la sequía los precios de los cereales no tomen un impulso alcista, pero al ser España un país deficitario en cereales quien pone el precio es la mercancía de importación.
Las coberturas agosto-diciembre de los tres principales cereales inundan las compras del fabricante pues difícilmente podrán abastecerse con la cosecha nacional como otros años. Los puertos y almacenes están abarrotados de grano de fuera.
Que el agricultor retenga mercancía esperando una subida de precio solo será posible si la mercancía de importación sufre en un futuro una ruptura de abastecimiento y disponibilidad.
A día de hoy, este escenario está descartado. Sin embargo, en la situación actual de desorden y confusión internacional todo es posible. La amenaza de ruptura de exportaciones del mar Negro sigue latente. La amenaza de falta de camiones para subir mercancía desde el puerto no se debe pasar por alto, la amenaza de problemas de almacenamiento para suministrar a tiempo al fabricante tampoco es para ignorarlo…Y el año es muy largo.
Marqueta comenta que la Comisión Europea informó que está imponiendo restricciones a las importaciones ucranianas de maíz, trigo, colza y semillas de girasol en Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumania y Eslovaquia para aliviar el exceso de grano que ingresa a esos países, lo que está hundiendo los precios locales.
Las restricciones durarán hasta el 5 de junio y, presumiblemente, se revisarán en ese momento para posibles extensiones. La Comisión también desarrolló un paquete de apoyo por valor de 100 millones de euros para subvencionar a los agricultores de esos países. ¿Son estos países tan dependientes como España del grano extracomunitario?
