Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, ha realizado su análisis periódico del mercado de los cereales, destacando la tendencia a la baja de los precios de trigo, cebada, maíz y colza.
Señala que la cosecha nacional avanza tras las innumerables tormentas que hicieron parar en seco las labores de siega días atrás. Precisamente, las mencionadas lluvias, han llegado en mal momento para el cereal de invierno, deteriorando la calidad de los granos cuyos rendimientos están siendo francamente insuficientes tal como esperaba el mercado por la sequía, y daños por pedrisco). Poco grano y de mala calidad. Los campos de cereales, colzas, guisantes… reverdecen de malas hierbas y rebrotes y lo complican aún más todo.
Precios en origen
En cuanto a precios en origen, el interior peninsular a día de hoy se sitúa en torno a los 225€ para cebadas y 250€ para trigos. Y en el puerto, los precios en origen para coberturas hasta diciembre, las cebadas por debajo de 220€ y los trigos por debajo de 250€, colza y guisante también a la baja.
Escasez de avena
La excepción es la avena que cotiza a precios parejos al trigo por su escasez y alta demanda. Maíz y soja inmersos en el mercado climático de EE UU, que si llueve, que si no llueve… y se especula con la oferta de Norteamérica olvidando la inmensa cosecha brasileña de safriña (maíz) y soja que inundará el mercado a partir de agosto. ¿Se podrá equilibrar?
Por el lado de la demanda, totalmente ausente y bajando consumos. Los contratos viejos a precios más altos deberán consumirse y esperar a lo que depare el futuro. Todo el mundo va corto porque nadie sabe qué demonios pasará con la disponibilidad de grano en destino. Se pueden comprar miles de barcos pero el grano a la fábrica llega en camión. ¿Han oído hablar de huelga de estibadores, escasez de camiones, renovación del corredor ucraniano…?
En Europa, la sequía en el norte en finalización de ciclo supuso un impulso alcista que parece estar también descontado, al igual que en Ucrania y las tierras cerealistas del entorno del mar Negro.
Nuevamente el mercado climático haciendo de las suyas y todo lo que subió hace unas semanas, se desmoronó en la pasada. Mientras Ucrania y Rusia quieran y necesiten vender ante la llegada de nueva cosecha con un saldo exportable muy superior a la media poco o nada se puede hacer para ver a corto una subida de precios estable. La volatilidad ha venido para quedarse.
