La PAC, «un lastre más para los agricultores y ganaderos”

Así lo expresan desde ASAJA Granada

ASAJA Granada

El año agrícola y ganadero 2022/2023 ha sido uno de los más complicados que se recuerda por causa de la sequía con producciones pésimas para cultivos destacados en la provincia de Granada como los cereales (-80%), la almendra (-23%), el espárrago (-26%), subtropicales como el aguacate (-40%), y el olivar (-41%), a lo que se suma el ajuste de la cabaña ganadera de vacuno de carne por falta de pastos y el declive del sector de ovino de carne, según el balance de ASAJA Granada.

Tampoco la entrada en vigor de la nueva PAC eligió el mejor momento con prácticas y normas nada claras a la hora de planificar las siembras, junto con la merma del presupuesto comunitario, añaden desde la organización agraria.

Los desmesurados costes de producción, la inestabilidad de los precios y la distorsión en los mercados con la guerra de Ucrania hicieron todo lo demás menoscabando la rentabilidad de muchas explotaciones.

Desde ASAJA estiman que las pérdidas económicas para la provincia de Granada superarán los 400 millones de euros.

Dos años consecutivos de malas cosechas han sido la puntilla para los cereales con apenas 34.244 toneladas recogidas en total de trigo (6.632 t), cebada (16.862 t) y avena 10.750 t), es decir, una merma de casi el 80% con respecto de la media, e igualmente para la almendra (-23%) que vuelve a quedarse en las 8.500 toneladas, un 20% por debajo del aforo estimado.

El espárrago, uno de los cultivos más emblemáticos de la provincia, redujo su producción un -26%, con 23.000 t recogidas sobre las 30.000 t de media.

Nueva PAC

Lamentan que el impacto de la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC) generó una gran incertidumbre en la forma de trabajar de las explotaciones en los meses de la planificación de las siembras a finales de 2022, con condiciones medioambientales imposibles de cumplir con los nuevos ecorregímenes y vislumbre de una menor rentabilidad por la unificación de las comarcas productivas y la bajada del valor de los derechos.

Los ecorregímenes, finalmente, no solo han fallado en sus objetivos de sostenibilidad dado que ni el cereal ni las leguminosas se criaron, no ha habido cubiertas vegetales ni masa para dejar parcelas de “no cosechado” para espacios de biodiversidad, sino que han generado un bloqueo en los trabajos agronómicos y labores que ha hecho que el campo alcance en muchas zonas un aspecto de abandono, complicando, además, la presente campaña de siembras.

También han sido “engañosos” -indican-, ya que precisamente los más solicitados, como el de pastoreo extensivo o rotaciones en tierras de cultivo y biodiversidad, han visto disminuidos sus importes iniciales estimados por el propio Ministerio de Agricultura entre un 30% y un 22%.

El resultado de la reasignación de los derechos se ha traducido finalmente en unas pérdidas de 25 millones de euros anuales (el 25% de las ayudas comunitarias que recibe Granada).

La PAC ha sido, en definitiva, “un lastre más para los agricultores y ganaderos de nuestra provincia”, critican los representantes de ASAJA.

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4 COMENTARIOS

      • Sin la PAC es aún peor. Algo que se instaura para minimizar las perdidas y asegurar que se siga produciendo no tiene el efecto esperado, sigue siendo ruinoso y los costes superan a los ingresos. Así se dejará de trabajar el campo y se perderá un sector básico en la cadena de producción.

        Imagine que usted trabaja, pero no le llega para pagar sus gastos y el gobierno le complementa sus ingresos. Sigue sin llegarle, ¿que hace?

        No se confunda con los abusos de subvenciones y pagas compensatorias como el PER en las que todos conocemos casos de gente que sin haberse agachado a recoger una triste alubia cobra una pensión compensatoria pensada para ayudar a jornaleros con turnos de trabajo intermitentes.

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