Vinos sin viticultores. Donaciano Dujo. Presidente de ASAJA Castilla y León

Donaciano Dujo

Esta bajada de precios puede obligar a algunos viticultores -en especial los más jóvenes, con inversiones recientes sin amortizar- a elegir entre arrancar las viñas o vender el viñedo a las bodegas, que son las que a río revuelto pescan lo que pueden. Desde hace tiempo vienen acariciando convertirse en la única voz del sector de vino, desde la viña a la botella, y quitarse de encima a los viticultores, cuando son los agricultores los que han construido el prestigio de un producto unido como pocos a la tierra.

Desde ASAJA llevamos tiempo denunciando esta situación. Ya advertimos de la supremacía de las bodegas en los consejos reguladores, puesto que en las elecciones obtienen vocales como elaboradores, pero también como viticultores, al contar con superficie propia. Al final el resultado está viciado, y en los consejos la única voz es la suya. Bodegas que pertenecen a grupos empresariales sin arraigo en esta tierra, incluso de otros países, a los que les da lo mismo producir en La Mancha, Rioja, Toro o Ribera, y que no les importa pagar la uva a precios de miseria, porque ya sacarán el margen de otro sitio. Para ellos nuestros sellos son “cromos” con los que copar las redes comerciales.

Su objetivo, claro y contundente, es que solo queden bodegas, y cargarse a los viticultores. Y en ese camino, poco les importar desmantelar un tejido económico y social asentado en el territorio, como de hecho ha venido siendo en los últimos años, en los que los pueblos del vino siempre han mantenido mejor población y riqueza. Estos grandes funcionan con una viticultora más mecanizada, y con un puñado de temporeros puntuales. Malo para la agricultura, malo para la vida rural. Pero también malo para los mismos vinos. Porque al final se producirá uvas y vinos como churros, para abastecer mercados, desligándose cada vez más de la tierra, que es la que ha conformado durante siglos viñas, variedades de uva y el prestigio de nuestras denominaciones de origen.

Por ahora, las administraciones no dicen una palabra ante este desmantelamiento silencioso de un sector que es bandera de nuestra región y de nuestro país. Qué pronto se queda en nada la Ley de la Cadena Alimentaria. Y qué pronto se olvidan de que los vinos de los que hoy presumen se construyeron desde abajo, con el sudor y esfuerzo de los viticultores.

Donaciano Dujo. Presidente de ASAJA Castilla y León

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