Las lluvias de marzo “salvan” la campaña de riego y usos del agua en el Alto Guadiana. José Antonio Moreno. Abogado

Guadiana

Como ya comentábamos en anteriores publicaciones, en los dos primeros meses del año la situación de la cabecera del Guadiana estaba en estado crítico.

Los informes de seguimiento de indicadores y escenarios de sequía y escasez de enero y febrero, mostraban que la Unidad Territorial de Sequía Campo de Montiel-Ruidera se encontraba en sequía prolongada y la gran mayoría de Unidades Territoriales de Escasez (UTE’s) en estado de emergencia, como Mancha Occidental, Jabalón-Azuer, Gasset-Torre de Abraham y Vicario. Otras como el Gigüela-Záncara estaban en alerta y Peñarroya en prealerta.

Las borrascas de marzo han traído abundantes y continuados episodios de lluvia alcanzando máximos de crecidas en varios puntos, como los 441 m3/segundo del Guadiana a su paso por Puebla de Don Rodrigo, los 185,63 m3/s en Luciana y los 111,29 m3/s en el río Bullaque.

Esta situación ha provocado un cambio de calado en las reservas de agua de nuestros embalses. Según el parte semanal de Confederación Hidrográfica del Guadiana, de 1 de abril de 2024, Puente Navarro se encuentra al 44,1% de capacidad, Puerto de Vallehermoso al 86,5%, Peñarroya al 76,2%, El Vicario al 51,9%, Torre de Abraham (el mayor de la provincia de Ciudad Real) al 66% y el Gasset al 81,5%. Continúan en mal estado los embalses de La Cabezuela, Vega del Jabalón y Campos del Paraíso, con un 8,4%, 2,9% y 14%, respectivamente.

Todo ello ha supuesto que se dispongan de más de 220,80 Hm3, frente a los 397,39 Hm3 de capacidad (un 55,6%), siendo volúmenes que continuarán aumentando en los próximos días por las aportaciones de los ríos y arroyos tributarios.

Aguas subterráneas

En el caso de las aguas subterráneas, todavía es necesario esperar a la estabilización de los datos de los puntos de la red de control, pero es previsible un aumento generalizado de los niveles piezométricos y, por consiguiente, de reservas.

En este escenario, desaparece la sequía prolongada del Alto Guadiana y, según ha avanzado Confederación Hidrográfica, la UTE Gasset-Torre de Abraham ha pasado directamente de estar en emergencia en los últimos cinco años, a entrar en situación de normalidad al disponer conjuntamente de más de 150 Hm3, garantizando así el abastecimiento y los usos agrarios -si bien cabe lamentar que la presa del Gasset no pueda almacenar el volumen total para el que está prevista debido a las roturas y fugas conocidas desde 2021 y cuya reparación se reivindica con urgencia por los municipios afectados-.

El cambio de estatus de las Unidades Territoriales de Sequía tendrá efectos favorables en el regadío, pero no serán inmediatos.

ElPlan Especial de Sequíano contempla la reducción de dotaciones hasta alcanzar formalmente la situación de prealerta, alerta y emergencia(dentro de ellas, ha de ser proporcional). Además, tal decisión debe ser objeto, previamente, de:

  1. Comprobación técnica sobre el cumplimiento de sus requisitos.
  2. Deliberación en la Comisión de Desembalse del Organismo de cuenca (en aguas superficiales) y/o Juntas de Explotación (en aguas subterráneas), para finalmente ser adoptadas por el Presidente / la Junta de Gobierno del Organismo de cuenca, respectivamente.

En aguas subterráneas, en función del nuevo informe que se emita sobre las UTE’s, podría dar lugar a que el sector agrario, a través de sus Comunidades de Regantes y Comunidades de Usuarios, insten la revisión de sus dotaciones, e incluso, la modificación de algunosregímenes anuales de extracciones de las masas de agua subterráneas declaradas en riesgo, como por ejemplo, los de Campo de Calatrava, Campo de Montiel, Sierra de Altomira y Tierra de Barros, ya que no contemplaban -cuando fueron aprobados- distintos escenarios para la fijación de las dotaciones  reducidas en la campaña de 2024.

En el supuesto de Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus – Valdelobos, el régimen de extracciones sí preveía el levantamiento de las restricciones ante la reversión de la situación de emergencia/alerta a situación de prealerta, permitiendo volver a los tradicionales 2.000 m3/ha para cultivos herbáceos y 1.500 m3/ha para cultivos leñosos, salvo que los títulos de los regantes tuvieran reconocidas dotaciones inferiores.

En Consuegra – Villacañas y Lillo – Quintanar, también podrían levantarse los ajustes propuestos hasta volver a los 2.200 m3/ha para cultivos herbáceos y 1.500 m3/ha para cultivos leñosos, a menos que los títulos de los regantes tuvieran reconocidas dotaciones inferiores.

En definitiva, ante la imprevisibilidad de las circunstancias será necesaria la adopción de medidas extraordinarias que impliquen la restauración fluvial con motivo de los daños que han ocasionado las crecidas; la mejora y reparación de los embalses -a fin de evitar las pérdidas de un recurso tan limitado-; así como la relajación de las severas restricciones impuestas este invierno para la campaña de riego de 2024.

Medidas que esperamos se pongan en funcionamiento lo más pronto posible, sin perjuicio de recordar a todos los operadores la obligación legal y ética de hacer un uso racional y sostenible del agua, evitando poner en peligro el abastecimiento para consumo humano, los ecosistemas y la economía en un territorio amenazado por el riesgo de despoblación.

José Antonio Moreno, Responsable de Derecho de Aguas Caballero & Fuentes Abogados

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