El enoturismo se ha consolidado como una de las experiencias más auténticas y enriquecedoras del sector turístico y 2025 trae consigo nuevas oportunidades para sorprender y conectar con los viajeros.
Desde Dinamiza Asesores presentan las principales tendencias que marcarán el futuro del enoturismo en el nuevo ebook gratuito: «Tendencias clave en enoturismo para 2025».
El enoturismo está generando un impacto económico creciente en los últimos años, tanto en las bodegas como destinos, fijando población en zonas rurales y creando empleos directos e indirectos. Solamente en Rioja, en 2023 generó un impacto económico de más de 185 millones de euros y unos 700 empleos. Además, es evidente su capacidad para profesionalizar y especializar un sector muy importante en el turismo nacional.
Con esta demanda creciente y cada vez más responsable, las bodegas, destinos y profesionales del sector del turismo se enfrentan al desafío de innovar sin perder su esencia: una apuesta firme por el enoturismo, mucho más integrado en la estrategia global de la bodega, un relato capaz de generar emociones en los viajeros y una mayor apuesta por la sostenibilidad son algunas de las tendencias que podremos encontrar en este ebook, que también ofrece herramientas prácticas y recomendaciones estratégicas para adaptar la oferta enoturística a las expectativas de las personas viajeras.
Evolución del enoturismo en 2025
Dentro de sus páginas, esta publicación detalla las tendencias que van a mantener el enoturismo como uno de los productos líderes en los viajes en 2025.
El enoturismo, para las bodegas, deja de ser una actividad complementaria para convertirse en un pilar estratégico, una herramienta fundamental de fidelización, construcción de marca y diversificación de ingresos en las bodegas. En un contexto de mayor competencia en el mercado vitivinícola, el enoturismo se posiciona como un canal directo y efectivo para conectar con los consumidores y captar nuevos públicos, a priori no tan atraídos por el mundo del vino.
Los visitantes buscan experiencias que les toquen el corazón y el enoturismo nos ofrece un relato apasionante a través de las historias. En 2025, las bodegas apostarán por relatos auténticos, basados en sus atributos diferenciales, que conecten emocionalmente con los viajeros, dejando atrás las explicaciones técnicas de la bodega para contar historias sobre tradición, sostenibilidad y las personas que están detrás de la botella de vino.
Si hay un turismo que vuelve a tomar fuerza después de la crisis provocada por la pandemia y que ya está casi olvidada, es el enoturismo MICE. Los eventos corporativos vuelven a las bodegas y lo hacen con más fuerza.
Las empresas buscan lugares únicos que combinen autenticidad y experiencias inolvidables, posicionando a las bodegas y sus lugares aledaños como escenarios idóneos para reuniones y actividades de incentivos. Surge, por tanto, una nueva gran oportunidad que vale la pena desarrollar si existe la capacidad en la bodega.
La combinación de vino, naturaleza y actividades como el yoga, el mindfulness o el cuidado personal sigue ganando protagonismo.
En 2025, los viñedos se consolidan como espacios para la desconexión, aunando paisaje, vino y salud. Estos entornos únicos son el escenario ideal para disfrutar de experiencias sensoriales que fomentan el bienestar integral al conectar cuerpo y mente en un marco natural incomparable.
La tecnología no está al margen de un sector como el del vino y el enoturismo y las bodegas integrarán herramientas tecnológicas e inteligencia artificial para enriquecer la experiencia del visitante: recorridos interactivos, asistentes virtuales y personalización de las propuestas son solo algunos ejemplos de cómo la innovación se alía con la autenticidad del enoturismo. Eso sí, la tecnología siempre ha de considerarse un medio y nunca un fin. Los valores del enoturismo están ligados al territorio, a la cultura, la naturaleza y el saber hacer.