Un centenar de agricultores y cosechadores han asistido este jueves en Guadalajara a la Asamblea General de ATAMACO (Asociación de Trabajadores de Máquinas Cosechadoras).
Su presidente, Félix de Andrés, ha lamentado “la falta de libertad para ejercer nuestro trabajo”, refiriéndose a la nueva resolución publicada por la Viceconsejería de Desarrollo Sostenible.
Ha indicado que “no hay, ni ha habido ningún tipo de consenso al menos con nuestras organizaciones, y creemos que con las otras organizaciones tampoco, al contrario de lo que está diciendo la consejera”.
En la misma línea se ha manifestado el presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos, Juan José Laso, quien ha insistido en que “la postura defendida desde APAG y ATAMACO fue pedir que sacarán a las cosechadoras de esta resolución, y que pudiéramos cosechar cuando quisiéramos; esto no se ha aprobado y estamos totalmente en contra de la resolución y de las limitaciones que establece”.
Félix de Andrés ha detallado las negociaciones llevadas a cabo por la Asociación desde primeros de año, aclarando que cualquier modificación en la normativa está basada en sus propuestas.
Entre ellas, ha citado el manejo de los cultivos como proteaginosas, oleaginosas y aromáticas, o la definición del término monte, que ha pasado del 0,01 a 5 hectáreas.
Desde ATAMACO vuelven a pedir en las negociaciones establecer un cinturón de seguridad para los grandes montes que representan riesgos importantes y las zonas que por estructura del suelo tienen más riesgo.
El presidente de los cosechadores regionales ha recordado que en julio del año pasado hubo 25 días de parada por riesgo muy alto y/o extremo y en el mes de agosto 28, lo que ha calificado de “intolerable, ya que hay quién no se puede permitir el lujo de tener un tractor con un señor al lado de la cosechadora, como establece la resolución”.
Falta de cosechadoras
Por último, ha señalado que el tiempo apremia y faltan máquinas para cosechar, ya que las exigencias administrativas provocan que haya cosechadoras que se estén retirando del mercado.
Esto puede impedir que las labores de siega se llevan a cabo en tiempo y forma y alargar previsiblemente la cosecha hasta agosto, con un riesgo mayor, ha concluido.