Incumplimiento en la aplicación del caudal ecológico en el Guadiana. Ecologistas en Acción Ciudad Real

Los Organismos de Cuenca están llamados a garantizar el caudal ambiental de los
ríos, incluso en situaciones de extrema sequía. En la zona regable del embalse de
Peñarroya, muy cerca del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, la confederación
competente parece haberse olvidado de su obligación de velar por el buen estado
ecológico del río Guadiana.

El Canal del Guadiana – que va de Peñarroya a Argamasilla de Alba – presenta una
imagen desoladora; seco, cubierto de maleza, y con puntos muy localizados de agua
estancada a su paso por la localidad. Para Ecologistas en Acción-Ciudad Real, el Comité
de Desembalses no ha atendido adecuadamente los desembalses precisos que
aseguren “las adecuadas condiciones medioambientales acordes con los objetivos
fijados en el Plan Hidrológico”, como declara el acuerdo (de regulación del suministro
en los embalses del sistema oriental de la cuenca) adoptado por la Junta de Gobierno y
publicado en el BOE el 27 de mayo.

Los Planes de Sequía reducen los aportes destinados al caudal ecológico, con la
excepción de los espacios de la Red Natura 2000 (la zona forma parte del entorno de
las Lagunas de Ruidera, integradas en la red). La Ley 11/2005, de 22 de junio, por la
que se modifica la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional, reconoce
la importancia de mantener un régimen de caudales en el área de influencia de los
espacios naturales protegidos, máxime si pertenece al mismo conjunto hidrográfico.

El caudal ecológico es una herramienta de implantación reciente en la jurisdicción de
aguas y en los Planes de Cuenca. Define la estabilidad y funcionalidad de los
ecosistemas acuáticos, respetando el buen estado o potencial ecológico de los ríos. El
caudal ecológico permite que los tramos de los cursos fluviales dispongan de unas
condiciones naturales que posibiliten la existencia de macroinvertebrados acuáticos,
fauna piscícola, poblaciones de anfibios y reptiles, y vegetación de ribera.​

El descenso del régimen hídrico – o su desaparición, como es el caso – no solo
intercede en el normal desarrollo de los procesos biológicos, sino que agrava impactos
relacionados con la contaminación (nitratos y fosfatos principalmente). Otra de las
consecuencias es que la descomposición de los cadáveres puede provocar episodios de
botulismo, encontrándonos con un serio problema de salud pública.

Ecologistas en Acción-Ciudad Real va a pedir explicaciones a la confederación por la
negligencia o el abandono en las labores de previsión y custodia de la calidad
ambiental en el dominio público hidráulico . También pide más al Ayuntamiento de
Argamasilla de Alba, quien conocedor de la situación de escasez hídrica en el Canal del
Guadiana, no ha actuado con la necesaria diligencia, ni demostrado la sensibilidad
suficiente para que se cumpla la normativa en materia de caudal ecológico en su
término.

La imagen tercermundista de cadáveres de peces apilados en una tierra reseca y estéril
no debería repetirse nunca más. Ecologistas en Acción-Ciudad Real apela a la
Confederación Hidrográfica del Guadiana a poner los medios y cumplir, sin dilaciones ni
condiciones, las disposiciones legales para anticiparse a situaciones relativamente
excepcionales, pero casi siempre evitables, que cuando se dan infligen daños
irreparables a nuestro patrimonio hidrológico, a la reputación de las Administraciones
públicas implicadas, y a la imagen que el turismo vende de nuestros pueblos y
naturaleza.

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