La alimentación del ganado lechero, tanto en ovino como en caprino, depende en buena medida de la disponibilidad y del precio de los forrajes. En un contexto en el que los piensos compuestos se encuentran con unas cotizaciones moderadas, lo que sin duda es un alivio para los productores lácteos de pequeños rumiantes, lo cierto es que en los forrajes la situación no es tan halagüeña.
La persistente sequía que está sufriendo el campo español en el presente ejercicio 2017 ha provocado que los precios de los forrajes se mantengan en unos niveles altos, por lo que la preocupación es patente en los ganaderos, que esperan que se revierta la situación meteorológica para poder tener un año 2018 más tranquilo. En el caso de no tener una pluviometría adecuada, el próximo ejercicio puede ser aún más complicado que el actual. Por ahora, los precios de los forrajes se mantienen en niveles altos.
