Buscan recuperar cultivos tradicionales de leguminosas en Castilla-La Mancha

Se evaluarán ocho especies de leguminosas en distintas zonas para determinar su comportamiento agronómico en condiciones de secano y su potencial comercial

En el marco del proyecto LIFE Estepas de La Mancha, Fundación Global Nature (FGN) y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (IRIAF) han firmado un convenio de colaboración para recuperar leguminosas tradicionales que fomenten la diversificación de cultivos manchegos y promuevan la competitividad de los productos provenientes de Red Natura 2000.

A través del proyecto, técnicos de FGN y del IRIAF evaluarán durante dos campañas agrícolas, ocho especies de leguminosas tradicionales, incluyendo algunas que todavía se cultivan (lenteja, veza, yero, etc.) y otras que prácticamente han desaparecido de su zonas de cultivo tradicionales (algarroba, almorta, alverjón, etc.). El objetivo principal de estos estudios es determinar cuáles de estas leguminosas se adaptan mejor a las condiciones de cultivo en secano en cuatro diferentes Zonas de Especial Protección de Aves Esteparias (ZEPA) de Castilla-La Mancha, para obtener el conocimiento que permita fomentar la diversificación de cultivos en la zona y mejorar la competitividad de los cultivos tradicionales manchegos, a través de la obtención de productos agrícolas que han sido cultivados en la Red Natura 2000.

Históricamente, en la Península Ibérica, con un clima mediterráneo y una gran tradición agrícola, se han cultivado y seleccionado distintas especies de leguminosas, tanto para su uso en alimentación humana (lenteja, garbanzo, etc.), como para alimentación animal (veza, yero, algarroba, etc.). Por diferentes razones relacionadas con la mecanización de la agricultura, el cambio de hábitos alimentarios en la población, marginación de algunos de estos cultivos en las políticas agrarias, la escasez de estudios científico-técnicos que permitieran fomentar su utilización, etc., durante las últimas décadas los cultivos de leguminosas han sufrido una drástica reducción en su superficie cultivada en toda España en general y en Castilla – La Mancha en particular, por ser la principal región productora de muchos de ellos. En algunos casos, la reducción ha sido tan drástica que estos cultivos han desaparecido totalmente de nuestros campos.

La desaparición local de estos cultivos ha supuesto la pérdida de muchas variedades seleccionadas a lo largo de siglos y bien adaptadas a las condiciones agroclimáticas castellano-manchegas, un retroceso en la calidad alimenticia de la población y la degeneración progresiva de los suelos al ser sustituidos estos cultivos por otros intensivos que necesitan una mayor remoción del suelo y mayor uso de fertilizantes y fitosanitarios. Este hecho no sólo ha afectado la competitividad del agricultor manchego, sino que al perderse el tradicional mosaico agrario manchego las poblaciones de aves esteparias también se han visto afectadas.

Se pretende cultivar las distintas leguminosas bajo un sistema productivo que va más allá de la producción ecológica, fomentando un modelo de explotación agrícola basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados y sólo productos ambientalmente aceptables para combatir las plagas. De esta forma se logrará obtener alimentos respetando la fertilidad de la tierra, y a la vez implementando medidas agroambientales que contribuyen a la mejora de la biodiversidad, en especial de aves esteparias.

En este sentido, las actividades propuestas se integran perfectamente en el proyecto LIFE “Estepas de La Mancha” que pretende frenar el descenso de las poblaciones de aves esteparias, y para ello se cuenta con la inestimable colaboración de agricultores que forman parte de la red de custodia agraria establecida dentro del propio proyecto en las cuatro principales Zonas de Especial Protección para las Aves de Castilla-La Mancha incluidas dentro de la Red Natura 2000, y que actualmente cuenta con más de 3.000 ha distribuidas a lo largo de 57 municipios manchegos en las provincias de Ciudad Real, Cuenca y Toledo.

Esta iniciativa, que se desarrolla entre 2016 y 2019, está cofinanciada por el programa LIFE de la Unión Europea, Fundación Global Nature es coordinadora del proyecto y la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) es socia del proyecto. Se cuenta además con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de Fundación Biodiversidad, y de Ayuntamientos locales en el área de trabajo.

 

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