Ministerio de Agricultura trabaja en una completa Estrategia Nacional de Regadíos

Para consolidar una agricultura productiva, eficiente y sostenible

regadío

La directora general de Desarrollo Rural y Política Forestal, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Esperanza Orellana ha afirmado que para España el uso sostenible del agua en la agricultura está en los primeros lugares de la agenda política. Para ello, ha señalado, se está trabajando en una completa Estrategia Nacional de Regadíos, con el fin de consolidar una agricultura productiva, eficiente y sostenible, que genere empleo y riqueza en el medio rural.

Orellana, que ha participado en el Taller “Caminos hacia políticas de cambio en agua y agricultura” que, organizado por la Comisión Europea y la OCDE se celebra en Bruselas, ha destacado la larga experiencia de España en el uso del agua en la agricultura, recordando que es el país con mayor superficie de regadío en la Unión Europea, al ocupar el 15% de la superficie agraria útil, con un importante papel ya que genera el 67% de la producción vegetal española y el 59% de la Renta Agraria.

Modernización de regadíos e innovación

Por ello, y para mejorar la sostenibilidad del uso del agua en la agricultura, Orellana ha resaltado la ambiciosa política de modernización del regadío que impulsa el Ministerio, con el objetivo de reducir el consumo del agua y mejorar su eficiencia. Una política que ha llevado a sustituir el tradicional riego por gravedad por sistemas localizados en 1,5 millones de hectáreas, con lo que se ha conseguido un importante ahorro del agua, cercano al 10% desde 2004, reduciendo, a la par, la contaminación difusa, todo ello mediante una importante apuesta por la inversión.

El regadío, ha señalado, constituye además un elemento esencial para la vitalidad de las zonas rurales, y así, dónde hay agricultura de regadío, hay población rural joven, hay industria agroalimentaria y hay empleo. Y en un país como España, en el que las tasas de envejecimiento y despoblamiento del mundo rural son muy elevadas, el regadío es sinónimo de vitalidad, ha añadido la directora general.

También ha destacado la necesidad de seguir avanzando hacia un modelo de agricultura de regadío más responsable climáticamente y más resilente a los efectos del cambio climático, para lo que se ha marcado una hoja de ruta que persigue impulsar al máximo la eficiencia del regadío.

Para alcanzar este objetivo, ha subrayado la conveniencia de intensificar la colaboración entre el sector público y privado para completar la tarea de renovación de las redes de riego, así como de abordar inversiones en infraestructuras de captación, almacenamiento y distribución de agua e impulsar el uso de agua procedente de fuentes no convencionales.

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