Cooperativas Agro-alimentarias prevé unas existencias finales de vino muy escasas en Castilla-La Mancha

El buen funcionamiento de las exportaciones, el aligeramiento de existencias de vino y mosto antes de la próxima cosecha, y unas perspectivas productivas razonables, perfilan un cierre de campaña tranquilo

La Comisión sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha se ha reunido esta semana en Alcázar de San Juan para dar un repaso a los temas de actualidad en el sector, realizar un análisis de los datos de la presente campaña vitivinícola 2017/18, y unas estimaciones de cara al cierre y el enlace con la siguiente, cuya vendimia se prevé retrasada en torno a 20 días, respecto a un año normal.

Existencias escasas a cierre de campaña

A la vista de las salidas comerciales y si continúa el mismo ritmo de retiradas actual, tanto a mercado nacional como de exportación, Cooperativas prevé unas existencias, a 31 de julio, de 6,75 millones de hectolitros de vino, un 20% menos que la campaña pasada, en la que se alcanzaron los 8,44 millones. Tal y como explica el portavoz de vino de Cooperativas, Juan Fuente, “la cifra actual se sitúa en casi millón y medio menos que la media de existencias habitual en Castilla-La Mancha, que en las últimas cinco campañas se situaba en 7,85 millones, para atender el mercado vitivinícola hasta que se elaboren nuevos transformados con la próxima vendimia”.

Respecto a las existencias de mosto, Cooperativas prevé que disminuyan también respecto al pasado año que ya fueron escasas (al alcanzar los 1,3 millones de hectolitros), en medio millón de hectolitros, hasta llegar a los 0,80 millones de hectolitros de mosto sin concentrar. Sin embargo se prevé que respecto al volumen las cifras disminuyan; “esto es debido”, afirma Juan Fuente, “a que en los meses de vendimia, la mayoría del producto estará concentrado y rectificado para su salida al mercado de países más septentrionales”.

Previsiones de cosecha aún inciertas

En cuanto a las previsiones de la próxima vendimia-2018, las bodegas cooperativas de mayor dimensión e incidencia comercial en Castilla-La mancha advirtieron en dicha reunión, que habrá que tener en cuenta multitud de factores que indudablemente condicionarán las perspectivas productivas: las heladas primaverales, que en algunas zonas de la región tuvieron incidencia, las tormentas de granizo que esta primavera han sido especialmente virulentas en algunas zonas productivas, las enfermedades criptogámicas que se puedan desarrollar hasta final de ciclo, la marchitez fisiológica que en la variedad Bobal (provincias de Cuenca y Albacete) podría haber provocado cierta pérdida de brotes y de racimos por desecación, y sobre todo la disponibilidad hídrica, de la que sólo tiene acceso algo menos de la mitad del viñedo en Castilla-La Mancha (según Encuesta de Explotaciones del Ministerio, ESYRCE-2018).

“Aunque es muy complicado hacer conjeturas sin que el verano se haya consumado”, dice Juan Fuente, “en condiciones normales, será el comportamiento del viñedo de secano el que determinará en gran medida la cosecha de este año, ya que la superficie que cuenta con dotación de riego, ya sea en vaso o en espaldera, asegura históricamente una producción muy constante en nuestra región”.

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