Los jóvenes se interesan por la cultura del vino

En la cata "Hablemos de Vino", celebrada en Alcázar de San Juan

En los últimos años, los enólogos se están esforzando por hacer más sencillas las catas y acercar el vino a un público más joven para relanzar su consumo en otros escenarios, fuera de las comidas o de círculos más limitados. Con esta filosofía, el Colegio de Enólogos de Castilla-La Mancha organizó este fin de semana la cata «Hablemos de vino y catémoslo» en el museo Formma de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), dentro del marco de las V Jornadas de Vino y Bautismo Qervantino. Se cataron tres de los vinos ganadores del concurso insignia de la ciudad de Alcázar, el conocido «1.000 No se equivocan».

«Además de catar tres vinos, un blanco airén, un rosado dulce y un espumoso, el principal objetivo de esta cata es responder a las pequeñas dudas con las que se pueden encontrar los consumidores a la hora de comprar un vino», explicó Miguel Ruescas, presidente del Colegio de Enólogos de Castilla-La Mancha. Dudas que -aseguró- son fáciles de resolver hoy en día, ya que las grandes superficies facilitan adquirir vinos de cualquier denominación de origen de España y de otras partes del mundo a precios muy asequibles. «Por cuatro o cinco euros podemos comprar un vino de calidad», aseguró Ruescas, que insistió en que «hay que perderle el miedo al vino» y que el único criterio válido a la hora de probarlo es «si te gusta o no te gusta».

Igualmente, defendió que el vino puede consumirse en cualquier momento, no sólo durante las comidas, como aperitivo, postre o incluso a la hora de las copas. Para conseguir esta difusión señaló la importancia de una buena presentación, en la copa adecuada, a la temperatura óptima y con un buen acompañamiento, una tarea en la que debe esforzarse la restauración.

La alcaldesa alcazareña, Rosa Melchor, que se acercó a la cata, se mostró de la misma opinión y comentó que en España se han cometido dos errores en cuanto al vino: comenzar embotellando vinos de poca calidad y después pasar al extremo contrario, reduciendo el consumo de vino a unos pocos entendidos. «Creo que con actividades como esta cata o concursos como el «1.000 No se equivocan» estamos corrigiendo estos errores y vamos por buen camino para recuperar la cultura del vino».

Al igual que el presidente del Colegio de Enólogos defendió que debemos acercarnos al vino igual que al resto de alimentos, sin miedo y valorando sólo si nos gusta o no al probarlo. «Cada uno tenemos nuestro gusto y no nos podemos cerrar a probar vinos diferentes porque pensemos que no entendemos». Se alegró de ver gente joven en la cata y defendió que la cultura del vino se está recuperando por el esfuerzo de bodegueros y enólogos, algunos de ellos también jóvenes «que han entendido que el buen vino se hace en la cepa y que tan importante como la calidad del vino es su presentación, cuidando el embotellado y el etiquetado y atreviéndose con diseños que lo hacen más atractivo para el consumidor».

Por último, valoró positivamente actividades como esta cata comentada que dan «un paso más allá» de lo que simplemente es probar un vino y destacó la importancia de dar continuidad al concurso «1.000 No se equivocan» llevando los vinos premiados a estas catas. «Aunque todos los años vemos que agotan la producción, con lo que los 1.000 acertaron y facilitan que se consolide el concurso y la participación de las bodegas».

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