ASAJA CLM pide un cambio para línea actual de reestructuración viñedo

La organización agraria considera que algunos criterios de priorización discriminan a unos viticultores sobre otros

El secretario general de ASAJA de Castilla-La Mancha, José María Fresneda, ha pedido hoy, en rueda de prensa, un cambio de la línea actual de los planes de reestructuración de viñedo, puesto que existen requisitos que suponen agravios comparativos entre los productores. En concreto, la organización agraria lamenta que se condicionen unas ayudas directas al viticultor con la actividad económica o promocional de las bodegas o cooperativas donde entregan su uva.

Fresneda ha explicado que la Consejería de Agricultura establece criterios de priorización para percibir las ayudas de reestructuración que puntúan más por aspectos que dependen de la industria y no de los viticultores. Así, por ejemplo, si el productor entrega la uva a una bodega o cooperativa que pertenece a una entidad asociativa prioritaria de interés regional (Eapir), obtiene más puntuación. Y para poder ser Eapir, necesita tener un volumen de negocio superior a 100 millones de euros, algo que no todas pueden alcanzar. También puntuarán más los agricultores que lleven sus uvas a bodegas o cooperativas que se hayan acogido a la medida de promoción de terceros países o que embotellen más del 51% del vino elaborado.

De esta forma, según el secretario general, se están quedando fuera de las ayudas muchos agricultores profesionales, lo que está provocando un malestar social entre el sector. “Con estos requisitos, el viticultor va a dejar de llevar su uva a la bodega de toda la vida de su pueblo, porque, si se va a la de al lado que es Eapir, recibirá más ayudas”.

Así pues, ASAJA CLM ha pedido un cambio en la orientación de los planes de reestructuración, de tal manera que, las únicas ayudas directas que van al viticultor, resulten atractivas para los viticultores y puedan así incrementar su competitividad.

En este sentido ha instado para que se eliminen ciertos requisitos que dificultan o impiden que el viticultor cumpla con sus obligaciones.

Por último, ha pedido que se incrementen los importes subvencionables para adaptarlos a la actualidad, pues desde que se establecieron los precios, hace un lustro, se han incrementado entre un 20 y un 30% en el mercado.

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