Nuevo biocombustible renovable a partir de residuos de producción de vino

El proyecto cuenta con investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Castilla-La Mancha propone un nuevo método para elaborar biocombustible renovable, a partir de los residuos de la producción del vino como son las pepitas de uva, después del prensado.

La producción del biocombustible de aceite de pepita de uva y bioetanol, ambas materias obtenidas durante el proceso de producción del vino, podría alcanzar alrededor de 20 kilotoneladas, cerca del 2% del biocombustible consumido actualmente en España.

Esta es una de las conclusiones que se desprenden de un estudio, realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en el que han investigado el potencial de los residuos y coproductos de la industria vinícola para la producción de un biocombustible totalmente renovable.

El sector del transporte contribuye en cerca del 28% al consumo mundial de energía primaria, y más del 90% de su consumo proviene del petróleo. Por ello, diferentes políticas internacionales promueven la transición del uso del petróleo en el transporte por otras fuentes de energía, como son la electricidad y los biocombustibles.

Aunque los biocombustibles actualmente no pueden competir con los combustibles fósiles en términos de precio y disponibilidad, los niveles crecientes de dióxido de carbono en la atmósfera de la tierra son lo suficientemente preocupantes como para investigar nuevas materias primas para los biocombustibles.

Sin embargo, la tarea no es fácil, ya que hay que intentar evitar la competencia con cultivos alimentarios y, por tanto, evitar utilizar tierras fértiles. Así, utilizar materiales de desecho de la industria agroalimentaria parece una buena opción.

Tras el prensado de la uva para producir vinos y mostos, el residuo se trata para obtener orujo, hollejo, raspón y pepitas de uva. Las pepitas contienen alrededor del 7% de aceite, que puede ser extraído por prensado o con disolventes (como n-hexano). Este aceite puede convertirse en biocombustible mediante la reacción con bioetanol obtenido a partir de la producción de vino.

Satisfactorias propiedades del nuevo biocombustible

Las propiedades de este nuevo biocombustible son muy satisfactorias, entrando dentro de los límites establecidos por las normas europeas y americanas: densidad y poder calorífico (indican la cantidad de energía que puede haber en un determinado volumen o depósito de un vehículo); número de cetano (parámetro clave sobre la calidad de la combustión); viscosidad y lubricidad (que afectan a la atomización del combustible y al correcto funcionamiento del sistema de inyección); puntos de niebla, vertido o de obstrucción de filtros en frío (miden el comportamiento del combustible a bajas temperaturas); y estabilidad a la oxidación (relacionada con el número de yodo y el número de insaturaciones o dobles enlaces presentes en la composición del biocombustible).

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