El Gobierno de Castilla-La Mancha garantiza la conservación de poblaciones salvajes y nativas de trucha común, mediante un modelo de gestión compatible con la práctica de la pesca deportiva.
Así lo ha manifestado, la delegada provincial de Desarrollo Sostenible, Llanos Valero, durante un muestreo de trucha, realizado con pesca eléctrica en el Río Mundo, dentro del término municipal de Liétor, que ha organizado el cuerpo de agentes medioambientales de Albacete.
Valero ha explicado que el Plan de Gestión de la Trucha Común, aprobado este año, ha elevado a 21 puntos de la provincia albaceteña comprendidos en tres cuencas hidrográficas diferentes, las zonas para la realización de muestreos. Algunos de los objetivos de estos análisis se centran en detectar “refugios de pesca, tendencias y desplazamientos de las poblaciones de trucha, control de los propios cotos de titularidad pública, registros de otras especies autóctonas como el barbo o el cacho, así como advertir de la presencia de especies exóticas invasoras como el cangrejo rojo”.
En este sentido, la representante provincial de Desarrollo Sostenible ha recordado que la trucha común fue declarada “especie de interés preferente en Castilla-La Mancha en 1994”, actualizando de esta forma, las aguas trucheras definidas desde 1970.
“El Plan de Gestión de la trucha Común en Castilla-La Mancha reconoce el valor ecológico y deportivo de esta especie”, ha asegurado Valero, remarcando “el trabajo que se realiza por parte del Gobierno autonómico en la protección, cuidado y vigilancia de la trucha”.
Además, la delegada provincial de Desarrollo Sostenible ha resaltado que esta red de muestreo al igual que este punto de la localidad de Liétor, permite también a los técnicos de la Consejería “analizar los efectos que pueden ocasionar las nuevas condiciones climatológicas y si existen modificaciones de hábitat de esta especie autóctona”.
La Orden del departamento de Desarrollo Sostenible contempla asimismo la prioridad que deben tener estas poblaciones; los objetivos en los que debe trabajar la Junta de Comunidades para el mantenimiento y recuperación de las poblaciones de trucha; la gestión del desarrollo de la pesca deportiva, -desde criterios técnicos y científicos-;la mejora de la formación, información y participación pública de los pescadores y la revalorización de la pesca recreativa de la trucha común salvaje como actividad turística de calidad en las zonas de montaña. También, la conservación de la red pública de piscifactorías; el análisis de posibles efectos negativos en especies incluidas en la Red Natura 2000 y sensibilizar a la sociedad de la importancia de la conservación de esta especie emblemática de la región castellano-manchega.
