¿Y si aplaudimos a nuestros agricultores?

Estos días tristes nos enfrentan a la evidencia de lo que es verdaderamente una crisis y una emergencia. Lamentablemente estamos sufriendo una pandemia que está provocando centenares de muertos. Las consecuencias sanitarias y desde luego las económicas durarán años. Sólo el número de nuevos desempleados, y lo digo sin ánimo de ser agorero, superará ampliamente el millón, alcanzándose el penoso récord de los cinco millones de desempleados en la crisis anterior.

El problema macroeconómico es que la crisis anterior cogió a España con posibilidades de incrementar su endeudamiento para realizar políticas de gasto y contención de los efectos de la crisis. La deuda pública roza hoy el 100% del PIB, con mucha menor capacidad por tanto de mayor endeudamiento.

Pero de momento centrémonos en la crisis sanitaria, que ya es muy grave. Unámonos a la fenomenal iniciativa de aplaudir a los sanitarios a las ocho de la tarde desde nuestros balcones, demostrándoles nuestro afecto y agradecimiento.

Me gustaría proponer en paralelo que a las doce, pero de la mañana, les enviemos otro fuerte aplauso con nuestro agradecimiento a nuestros agricultores y a todos los participantes en la cadena agroalimentaria.

Para que de una vez por todas entendamos que es una industria verdaderamente estratégica y de interés nacional, sin la cual esta crisis sería también de hambre. Sin alimentos propios, estaríamos expuestos a los especuladores internacionales.

Para que de una vez impulsemos más decididamente con políticas de apoyo y estimulo a la innovación e internacionalización a nuestra industria agroalimentaria, que frene el suicidio que supone este proceso de la España vaciada.

Para que de una vez entendamos que si tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo es porque generaciones de españoles, con su trabajo muchas veces desde una agricultura menos desarrollada que la actual, han permitido con sus impuestos y cotizaciones que disfrutemos del Estado de bienestar actual.

Ojalá salgamos de esta crisis con la conciencia clara de apoyar a nuestra agricultura, ganadería y sector agroalimentario. Y que no tengan que volver nunca más las protestas.

Ellos y ellas sí se merecen un gran aplauso también.

Pablo Cuesta Cuetos. Economista experto en desarrollo sostenible

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