Castilla-La Mancha se caracteriza por ser uno de los destinos españoles preferidos por los turistas, ofreciendo una amplia variedad de localidades, rutas y parajes. Aunque no atraviesa su mejor momento turístico debido a las restricciones por la pandemia, siempre es oportuno recordar algunos de sus hermosos parajes rurales, más aún en fechas donde viajar está volviendo a cobrar normalidad.
Villanueva de los Infantes es uno de sus pueblos más acogedores. Ubicado en la provincia de Ciudad Real, ostentador de una arquitectura deslumbrante, es reconocido por ser el lugar donde murió el célebre Francisco de Quevedo. Se suele decir que su Plaza Mayor es el corazón del lugar, pues allí se hallan el Ayuntamiento y la Iglesia de San Andrés, edificada en el siglo XVI. También se destaca el Hospital de Santiago, construido en el siglo XVII.
Otro de los atractivos sitios de Castilla-La Mancha es la Ciudad Encantada de Cuenca, cuya visita se puede realizar en una hora y media aproximadamente. Su formación fue curiosa, pues hace millones de años estaba totalmente cubierto de agua. Los sedimentos salinos se acumularon en el lecho del mar y, con el paso del tiempo, este se evaporó. El resultado fue diferentes erosiones de peculiares formas que actualmente se pueden apreciar en la Ciudad Encantada de Cuenca.
Para quienes gustan practicar el senderismo, uno de los sitios más recomendados para las familias es la Laguna de Uña, en la provincia de Cuenca. Esta se forma por la convergencia del canal de la Toba y el Caz del río Rincón. Se resaltan sus aguas, su flora y fauna apacibles. Al respecto, Laura Hernández, redactora de la sección Senderismo en FITNESSPIRATAS, recomienda que “aunque sea un lugar calmado, se debe utilizar equipamiento especial, como botas de montaña o similares, para que amortigüen las pisadas en suelos no pavimentados. También se requiere una mochila de trekking, donde se llevarán provisiones, ropa de repuesto y elementos de primeros auxilios”.
Por otro lado, quienes gusten conocer escenarios cinematográficos, es ideal la Sierra del Segura, que reúne a una pintoresca docena de pequeños municipios del sureste de la provincia de Albacete, aquellos que rara vez pierden sus vistosos colores. En los bellos pueblos de Liétor, Aýna y Molinicos se grabó la película “Amanece que no es poco”.
Lamentablemente, tanto estos pueblos como otros parajes rurales de Castilla-La Mancha han mermado su turismo rural, a razón de las restricciones por la pandemia. Los hoteles rurales han perdido clientela y esto se refleja en que las pernoctaciones hoteleras descendieron un 58,4% en octubre con respecto al mismo mes de 2019, según el Instituto Nacional de Estadística. Se espera que haya una considerable mejora en estas fechas festivas y que nunca falten los turistas ávidos de nuevas experiencias en esta maravillosa comunidad autónoma.
