El pago verde o greening de la Política Agraria Común (PAC) ha favorecido la diversificación de cultivos

Según un informe del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA)

pastos

El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) ha publicado un informe sobre la aplicación del pago para prácticas beneficiosas para el clima y el medio ambiente (pago verde o Greening) de la campaña 2020.

Este pago se estableció en la reforma de la Política Agraria Común (PAC) de 2015, siendo su importe un porcentaje del valor total de los derechos de pago básico que active el agricultor cada año. Desde 2015 a 2020, la aplicación del pago verde ha supuesto un avance positivo en términos medioambientales, según recoge dicho informe.

Con carácter general, para percibir esta ayuda, el agricultor tiene que cumplir: diversificación de cultivos, mantenimiento de los pastos permanentes existentes o contar con determinadas superficies de interés ecológico (SIE) en sus explotaciones.

En el 2015, el presupuesto financiero para el Pago Verde fue de 1.453 millones, cifra que se ha ido incrementando hasta llegar a 1.468 en los años 2019 y 2020. De esta forma, tras dividir el límite presupuestario para el año 2020 entre el valor total de los derechos de pago básico activados en la campaña 2020, se ha obtenido un coeficiente definitivo de Pago Verde del 52,143132 %.

Con el cumplimiento de esta práctica se pretende mantener la superficie de pastos permanentes en España con objeto de evitar la erosión y la desertificación, de conservar la materia orgánica del suelo, evitar la compactación, conservar el hábitat y la fauna y, sobre todo, alcanzar el beneficio medioambiental particular de captura de carbono.

Por lo que se refiere a los pastos permanentes (PP), se otorga una especial relevancia a los medioambientalmente sensibles (PMS) designados en zona Natura 2000, prohibiéndose su conversión a otros usos, así como su labranza. En el supuesto de que un agricultor hubiese convertido o labrado este tipo de pastos permanentes, estará obligado a reconvertir en pastos permanentes la superficie de que se trate y, si la comunidad autónoma lo determina, habrá que respetar las instrucciones que ésta establezca para invertir los daños que se hayan causado al medio ambiente.

Además, a nivel general y para todo tipo de pastos permanentes, se exige el establecimiento de una proporción de referencia a nivel nacional con respecto a la superficie total agraria, y un cálculo anual para evitar que se produzca una disminución mayor del 5% de dicha proporción.

Según el informe, la diversificación de cultivos ha registrado una evolución positiva, lo que supone una mejora en biodiversidad y beneficio para el suelo. En 2014, las explotaciones que tenían uno, dos o tres tipos de cultivo representaban el 63% del total. Progresivamente, este porcentaje que se ha ido reduciendo hasta 2020, cuando ha alcanzado el 37,5%. Por el contrario, las explotaciones con 4 o más cultivos han aumentado, pasando del 37% en 2014 a un 62% en 2020.

Las explotaciones con 4 cultivos son las más numerosas, ya que suponen un 26% del total (frente a un 18% en 2014). En el lado opuesto están las explotaciones de monocultivo que ahora solo suponen el 4% del total (frente a un 14% en 2014)

Por su parte, las superficies de interés ecológico se han mantenido en términos absolutos. Los principales cultivos de SIE siguen siendo el barbecho, los cultivos fijadores de nitrógeno y en menor medida las superficies forestadas.

¿Cómo será este pago verde o greening en la próxima PAC?

En la futura PAC, el pago verde se fusiona en el pago básico, no en lo que se refiere al importe en sí, sino a los requerimientos, que entran a formar parte de la llamada condicionalidad reforzada.

 

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