Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara ha realizado su análisis periódico del mercado de cereales, indicando que el mercado interpretó esta semana que la nueva variante del COVID podría reducir la demanda, por lo que los fondos vendieron y la tendencia al alza se rompió.
Pero acto seguido, los grandes importadores de trigo, con Egipto a la cabeza, ejecutaron el mayor volumen de compra y al mayor precio en lo que va de año: 600.000 toneladas de trigo, y Arabia Saudí 535.000. “El mercado volvió a repuntar y aquí nadie sabe qué demonios hacer en un mercado con semejante volatilidad. La oferta y la demanda no hablan el mismo idioma. Se contradicen una y otra vez”, apunta Marqueta.
Rusia sigue sin ceder en precio y los importadores buscan otros orígenes en el hemisferio sur… El trigo australiano, brasileño o argentino deben satisfacer al mercado. El trigo de molienda escasea como nunca antes y se distancia en precio del trigo forrajero para alimentación animal. El maíz y la soja se contagian del trigo, sumado a la caída del petróleo y las buenas condiciones de cultivo en América del Sur. Lo que compre China también será decisivo para el mercado.
Ante semejante situación de incertidumbre el mercado nacional está en estado de hibernación. La operatividad es prácticamente nula. Todo el interés se centra en el maíz, que a día de hoy es el cereal que mejores opciones aporta para abaratar la fórmula del pienso. La cebada se cae de fórmula y su consumo disminuye fuertemente.
“Roguemos para que el transporte fluya y la mercancía llegue a destino: maíz de puerto, francés y nacional, de lo contrario los precios se tensionarán mucho ante el miedo al desabastecimiento”, vaticina el técnico de APAG.
