Y ahora… carne de vaca… ¡¡¿Sintética?!! Unión de Uniones

vacas

Las vacas parecen haberle caído mal a alguien… Tras el uso mediático contra la ganadería que se ha hecho informe de la ONU sobre Cambio Climático y Tierra, ahora un estudio del Servicio de Investigaciones del Parlamento Europeo plantea la posibilidad de producir carne sintética sin necesidad de vacas, en beneficio del medio ambiente.

Estos días pasados han tenido un amplio eco en medios de comunicación las conclusiones del segundo Informe Especial del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) sobre Cambio Climático y Tierra. Interpretaciones parciales y sesgadas de este informe han puesto el acento -para Unión de Uniones muy injustamente- en la contribución de la actividad agraria a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs) a la atmósfera y particularmente las procedentes del sector ganadero. En opinión de nuestra organización, el sector agrario no es, ni de lejos, de los más contaminantes y los agricultores y ganaderos estamos haciendo grandes esfuerzos para producir de forma sostenible, incluso a costa de la rentabilidad de nuestras explotaciones.

La divulgación de este estudio de la ONU ha coincidido con la elaboración también de un breve informe del Departamento de Prospección Científica (STOA) del Servicio de Investigación del Parlamento Europeo (EPRS) bajo el título ¿Qué pasaría si no necesitáramos vacas para hacer nuestra carne?

El estudio comienza por argumentar que el modelo actual de producción de carne es ineficiente, debido a que de la energía necesaria para criar a un animal solo se aprovecha una parte como producto comestible. Hay científicos trabajando, dice el informe, en mejorar la eficiencia del sistema y el bienestar animal investigando en cómo hacer crecer carne en una placa de laboratorio.

En los experimentos que se están realizando se ha observado que se necesitan células capaces de diferenciarse en células musculares y que además se dividan rápidamente, por lo que se utiliza un tipo de células denominadas mioblastos. Para que estas células se puedan multiplicar hace falta, además, proporcionarles un medio adecuado, que actualmente se consigue a partir de líquido amniótico de vacuno (para el que se están buscando sustitutos) y alginato, colágeno o quitosano.

De desarrollarse este procedimiento, habría -sostiene el informe- una importante reducción de impacto ambiental. El estudio afirma que se emitiría un 96% menos de emisiones de gases de efecto invernadero y que se economizarían recursos respecto de la ganadería convencional: un 45% menos de energía, un 99% menos de uso de tierra y 96% menos de uso de agua.

Este sistema de producción sintética tendría otras ventajas, según los autores del informe, como la posibilidad de añadir en el proceso elementos nutricionales adicionales y, además, se reduciría el uso de antibióticos veterinarios. Si que reconocen, no obstante, que uno de los principales obstáculos estaría en el precio. Si se desarrollan biorreactores de producción a gran escala, los precios podrían rondar en torno a 3.500 €/tonelada (que es 1,5 veces mayor que el coste de producción actual de carne de vacuno en la UE).

De todas formas, muy posiblemente el principal problema estaría en la imposibilidad de generar carne como tal (porque no es posible hacer crecer un chuletón), sino que la masa que se genera es sólo útil para su uso en formato de carne transformada (como hamburguesas o salchichas, por ejemplo). Ello, unido a las reticencias sociales (o incluso religiosas) de los consumidores, pueden ir en contra del consumo de este tipo de productos.

Respecto a los aspectos legales, el estudio del (STOA) sostiene que este producto podría quedar amparado por la Reglamentación de nuevos alimentos; si bien de momento no está claro que podría comercializarse como carne ya que, normativamente, en la UE carne es “las partes comestibles de los animales […]”.

¿A qué viene todo esto?

Aclararemos que este tipo de estudios se ponen a disposición de los miembros y personal de la Eurocámara para situarles en antecedentes en el desarrollo de su trabajo parlamentario y no presuponen ni representan ninguna postura oficial que puedan adoptarse en posteriores debates.

En todo caso, a Unión de Uniones le preocupan que el sector agrario, y especialmente al ganadero, se le esté sentando con tanta frecuencia en el banquillo de los acusados en relación a su interacción con el medio ambiente cuando es solo responsable del 12% de las emisiones de los GEIs y que se implante la idea de que la solución final sería eliminar la ganadería y sustituirla por otras alternativas (a veces tan peregrinas, como la que hemos visto).

La labor de los agricultores y ganaderos en seguridad alimentaria, gestión del territorio, y conservación del medio ambiente y mantenimiento del medio rural es, sencillamente, insustituible.

Para Unión de Uniones es aberrante, que se nos bombardee constantemente a los productores y consumidores con la necesidad de una alimentación sana, natural, ecológica, ligada al territorio y que, sin embargo, se nos quiera desterrar a los agricultores y ganaderos del campo para sustituirnos por laboratorios de procesado y cambiar los alimentos que producimos por piensos compuestos para humanos. Sencillamente delirante.

Unión de Uniones

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