La PAC se crea después de la II Guerra Mundial con el objetivo claro de “no volver a pasar hambre”, estableciendo una política intervencionista y productivista para abastecer a la sociedad de alimentos suficientes a unos precios asequibles y que garantizasen un nivel de vida equitativo a la población agrícola.
Después interesó que los alimentos fuesen seguros además de suficientes, y conforme nos fuimos olvidando de la guerra fuimos cambiando de prioridades. Quizás hartos de pan, nos dio por des localizar nuestras producciones a lugares más competitivos, a priorizar el medio ambiente en contra de la producción y no a través de la producción.
Llego la condicionalidad, el desacoplamiento y la modulación, y todavía hoy seguimos dándole vueltas al hueso, sin saber si deben existir o no los derechos, si ponemos techos o suelos y hasta donde ponemos condicionantes medioambientales, eso sí, sin identificar al agricultor destinatario de las ayudas o compensaciones.
Hoy veo estanterías vacías de alimentos en los supermercados ante una crisis que nos confina y hace que volvamos a lo esencial. Pero sabremos valorar el hecho de que tenemos acceso a alimentos suficientes, sanos y seguros?
Quizás el miedo haga más que las manifestaciones, y nos obligue a cuestionarnos que pasaría si desaparecen los agricultores y el suministro de alimentos dependiese de países que nos tengan o les tengamos cerradas las fronteras.
Hoy es tiempo de pasar de las musas al teatro, dejar de dar vueltas al hueso y entrar en acción. Hay que defender un presupuesto fuerte y suficiente y de diseñar una política que no tenga que justificar permanentemente al agricultor, sino que lo ponga en valor, a él y a sus producciones, de modo que el consumidor prefiera sus productos y exija los mismos estándares de calidad en los productos que viene de fuera.
Y hoy, que tenemos la despensa repleta, cojamos fuerzas par luchar de forma decidida y coordinada contra este virus y confiemos en los agricultores, que si de algo saben, es de superar adversidades y de combatir plagas.
Alberto Marcilla López. Director Banca Rural Globalcaja
