Malas perspectivas para el sector del vino de Castilla-La Mancha

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA de Castilla-La Mancha, va a convocar una sectorial de vino la próxima semana para analizar el impacto que está teniendo la cuarentena de la sociedad española tanto para el consumo como para el mercado del sector del vino en la región

La Unión de Pequeños agricultores y Ganaderos, UPA, de Castilla-La Mancha, previene de la situación que podrá surgir este año derivada de la COVID-19.  El frenazo absoluto y las poco esperanzadoras perspectivas de los próximos meses del canal HORECA, hostelería y restauración, han provocado un descenso más que cuantioso en las ventas de vino de los viticultores.  De ahí que sea necesario activar medidas urgentes con un presupuesto adecuado a esta situación, basado en el análisis del mercado.

En este sentido, UPA ha hecho una serie de propuestas a distintos niveles que se materializarán en la sectorial de vino que tendrá lugar la semana próxima “para así analizar y proponer medidas urgentes e inmediatas”, ha recordado Alejandro García-Gasco, responsable de Vino de UPA. Porque la situación de estos dos meses ha provocado el cierre de las fronteras; le unimos la situación de los países que son nuestros compradores como Francia e Italia, “a la que añadimos los aranceles de EEUU y la situación del Brexit”.

Desde Bruselas se han activado una serie de medidas de apoyo y ayuda al sector como la financiación de la  destilación  de  crisis  y  del  almacenamiento  privado  mediante los  programas nacionales de apoyo al vino. En este sentido, desde UPA afirman que es necesaria para enlazar una campaña con la siguiente; pero que “disponga de fondos suficientes para hacer una destilación de crisis efectiva. Es fundamental el análisis de situación, para hacerla en condiciones”. Pero no solo eso, el nivel presupuestario se antoja fundamental. UPA propone que, igual que el año anterior hubo 14,6 millones de euros que no se ejecutaron en el Programa Nacional del Sector Vitivinícola, en el Programa de este año se podrían destinar los fondos sobrantes o no ejecutados a estas medidas derivadas de la COVID-19.

Bruselas propone el incremento de la contribución de la Unión a las medidas incluidas en los Planes Nacionales; la posibilidad de que los Estados Miembros los cambien según sea necesario en 2020, en lugar de sólo dos veces al año; el aplazamiento del plazo para solicitar y realizar la cosecha en verde, así como para permitir la  cosecha  en  verde  en  la  misma  parcela  durante  años  consecutivos y una retirada parcial de la producción, por lo tanto para zonas con Denominación de Origen o zonas con la norma de comercialización que pretende poner topes de rendimientos en las parcelas y que sería una ayuda directamente a la renta de los viticultores.

Asimismo, permitir el pago a los  beneficiarios  por  las  medidas  plenamente  ejecutadas  en  el  marco  de  los  PASVE (Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español) aunque no se haya completado la operación general; y la prórroga por un año la validez  de las autorizaciones de plantación de vino que expiran en 2020.

Desde UPA consideran que se trata de una serie de medidas que, si no solucionan el problema derivado de la crisis sanitaria del Coronavirus, la cual es la primera que se debe de atajar, sí al menos podrán ir dando opciones y alternativas al sector que, asimismo, necesita un análisis serio de cómo se encuentra para que las medidas se centren en soluciones urgentes y atinadas.

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