El sector vitivinícola español está atravesando por unos momentos muy complicados, debido a, entre otros factores, las consecuencias del Covid. En esta tesitura desde diversos frentes han abogado en los últimos días por un control de las producciones.
UPA
En ese sentido, desde UPA consideran que las distintas administraciones deben ser más ambiciosas y trabajar en rebajar más los topes de producción del Real Decreto del año pasado (18.000 kilos para variedades tintas y 20.000 para blancas). Desde la organización agraria consideran que se debe reducir todavía más, trabajar para corregir el desfase entre oferta y demanda, y que la necesidad de equilibrio serviría “para pelear y trabajar para que el vino tenga y cubra los precios de la uva, los costes de producción”.
Unión de Uniones
Y desde Unión de Uniones consideraban que, en caso de ser necesario implementar medidas excepcionales de regulación del mercado, las ayudas deben nutrirse de fondos adicionales al PASVE, ya sean de procedencia europea y estatal, y deben ir destinadas a retirar la producción de uva y no “al sinsentido de hacer el gasto de producir la uva, vendimiar, elaborar el vino y luego quemarlo”.
Colegio Oficial de Enólogos de Castilla-La Mancha
En esa línea, Miguel Ruescas, decano del Colegio Oficial de Enólogos de Castilla-La Mancha, apuntaba en el programa de SER Ciudad Real ‘Entre vinos’ que la administración debe tomar medidas, bajando aún más los rendimientos por hectárea de las producciones.
Señalaba que lo normal es que si se baja la producción aumente la calidad y “teóricamente se pague la uva mejor”. Ruescas considera que “mucha uva es igual a mucho vino y a precios bajos”.
Indica que con las producciones actuales cada vez se complica más la situación y aumentan los problemas para las bodegas.