¿Cómo afecta el uso del suelo y las prácticas agrícolas a la perdiz roja?

En la última década la población de perdiz roja en Castilla-La Mancha ha disminuido un 51%

La perdiz roja es una especie común del suroeste de Europa, cuyas poblaciones naturales habitan principalmente en la Península Ibérica, donde tiene una gran importancia socioeconómica y ecológica, siendo una de las principales especies de caza menor en España y un importante recurso trófico para muchos depredadores ibéricos. Se trata de una especie generalista, que habita tanto en ambientes naturales como en mosaicos agrícolas, aunque hoy en día las zonas más favorables para la perdiz roja están dominadas por tierras de cultivo.

Como es el caso de muchas otras especies, las poblaciones de perdiz roja en España disminuyeron fuertemente en la segunda mitad del siglo XX, según se interpreta de la evolución de las bolsas de caza. Este declive podría deberse al abandono del monte y a cambios acaecidos en las tierras de cultivo asociados a la intensificación agrícola, tales como la pérdida de heterogeneidad del hábitat, el adelanto de la cosecha de cereales y el uso de productos agroquímicos. Este declive podría haber continuado en las últimas décadas, aunque la magnitud del declive poblacional reciente está peor cuantificado (y a veces incluso cuestionado desde sectores cinegéticos).

Ahora, científicos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), en colaboración con científicos del departamento de Zoología y Biología Celular Animal de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y del departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga, han estudiado a gran escala (en todo el territorio de Castilla La-Mancha) la relación entre la densidad poblacional de perdiz roja (medida de forma precisa mediante modelos estadísticos que tienen en cuenta la detectabilidad) y la composición y la gestión de las tierras agrícolas. También han estimado la tendencia poblacional de la especie en la región durante la última década y la relación de ésta con los cambios que se dan en la composición del paisaje agrícola. Este estudio se ha basado en los datos recogidos por los guardas de la Junta de Comunidades de Castilla La-Mancha entre los años 2010 y 2017 como parte del programa del Servicio de Caza y Pesca para la monitorización de la perdiz roja.

Los resultados obtenidos en este trabajo muestran que la abundancia de perdiz roja está estrechamente relacionada con la composición y el manejo de las tierras de cultivo. La abundancia de esta especie está positivamente relacionada con la extensión de la vegetación natural (particularmente los pastos) y los viñedos tradicionales de secano, pero negativamente relacionada con la extensión de los viñedos en regadío y los cultivos arbóreos. Por otro lado, también se describen algunos factores climáticos limitantes para las poblaciones de perdiz roja, como son las bajas temperaturas invernales y las altas precipitaciones otoñales.

Perdiz y viñedo

En el estudio también se muestra que la abundancia de perdiz roja está condicionada por la forma de manejo de algunos cultivos, como es el caso del viñedo. La perdiz roja depende en gran medida del agua durante el verano y podría ser atraída por los viñedos de regadío para beber. De hecho, otro estudio ha mostrado que la perdiz roja parece utilizar con mayor asiduidad los viñedos en espaldera que los tradicionales durante el verano. Sin embargo, la aplicación de fertilizantes a través del agua de riego es una práctica común en los viñedos (los cuales se riegan por goteo), volviendo el agua de riego tóxica para las aves.

A este respecto, el estudio muestra que una mayor proporción de viñedos en regadío en el paisaje está asociada con una menor abundancia de perdiz roja, pero esta relación negativa se minimiza en zonas sensibles a la contaminación por nitratos, donde hay limitaciones en cuanto a la cantidad de fertilizante que se puede aplicar al agua de riego. Esto sugiere que los cultivos fertirrigados podrían ser una importante trampa ecológica para esta y otras especies de aves agrícolas.

El estudio también muestra que la población de perdiz roja ha sufrido un declive poblacional del 51% entre 2010 y 2017 en Castilla La-Mancha, que es una de las regiones más importantes para la especie

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