¿Cómo afectará la sequía a las producciones agrarias y ganaderas españolas? Análisis por sectores

El Gobierno estima una reducción de cosecha de cereales de otoño-invierno en torno a un 40 por ciento; una campaña de aceituna algo mejor que la anterior o una de uva inferior a la pasada

tractor campo

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), han presentado este martes al Consejo de Ministros el Informe sobre la Gestión de la Sequía en 2023.

Por lo que se refiere a los efectos de la sequía en la agricultura y la ganadería, los cultivos extensivos y los pastos son los sectores más perjudicados.

Así, en la producción de cereales de otoño-invierno se estima una reducción en torno a un 40% con respecto a la campaña de 2022, la producción de cebada se ha reducido en un 39%, y la de trigo blando en un 36%.

Superficie de maíz

Asimismo, la superficie de maíz se ha reducido en un 20% debido a la menor disponibilidad de agua para riego. Como consecuencia de estas bajas producciones, se estima que España deberá importar unos 20 millones de toneladas de cereales para satisfacer la demanda, tanto de consumo como de fabricación de piensos, lo que obligará a un importante esfuerzo logístico. El descenso en los rendimientos de oleaginosas (girasol y colza) se estima en un 30%. También se esperan producciones inferiores de leguminosas en grano, principalmente lentejas.

La sequía ha afectado igualmente de manera directa a los árboles y producción de frutales, tanto por la falta de lluvias como por las restricciones de agua para riego. De esta forma, en fruta dulce se han obtenido productos de menor calibre, que perciben menores cotizaciones en el mercado e inciden negativamente en la rentabilidad de las explotaciones.

Cultivos hortícolas

En algunos cultivos hortícolas la falta de agua ha producido una disminución de la superficie sembrada muy significativa. En el caso del tomate de industria, por ejemplo, en Andalucía apenas se han sembrado 1.700 hectáreas, cuando lo habitual está en torno a las 6.600 hectáreas.

Olivar

En cuanto al olivar, se espera una campaña algo mejor que la anterior. La evolución de la situación climática en las próximas semanas será determinante para la nueva campaña del aceite que empieza el 1 de octubre.

Uva de vinificación

Las perspectivas de producción de una de vinificación han mejorado algo tras las recientes lluvias. La escasez de precipitaciones desde los primeros meses del año con temperaturas más elevadas de lo habitual, además de los episodios de granizo, tormentas y heladas primaverales, o ataques de mildiu en algunas regiones, hacían prever una cosecha inferior a la del año pasado. El sector maneja un nivel de producción en el entorno de 36 millones de hectólitros de vino, frente a los 41 millones de la campaña pasada.

Ganadería

En la ganadería, la producción en extensivo es la más afectada por la sequía. Además de la escasa disponibilidad de pastos, también encarece las materias primas para alimentación animal, lo que ha incrementado los costes de producción.

Indemnizaciones de seguros agrarios

La sequía está contemplada dentro de los seguros agrarios en la gran mayoría de los cultivos que se desarrollan en secano: herbáceos extensivos (cereales, leguminosas, girasol), uva de vinificación, olivar, almendro, remolacha azucarera y algunos cultivos forrajeros.

Con la proliferación de fenómenos climatológicos adversos, 2023 va a ser el año de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario. Se estima que las indemnizaciones sobrepasarán en el conjunto del año los 1.000 millones. De esta cantidad, 460 millones se destinarán a cultivos siniestrados por la sequía, de los que en el mes de agosto se habían abonado ya más del 90%.

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