Denuncian amplia presencia de plaguicidas tóxicos en los ríos de Castilla-La Mancha

Desde Ecologistas en Acción, en el informe ‘Ríos hormonados’, y urgen a transformar “el insostenible sistema agrario actual a un sistema agroecológico”

El informe ‘Ríos hormonados’, investigación conjunta de Ecologistas en Acción y la organización Pesticide Action Network Europe, muestra la elevada contaminación por plaguicidas que sufren las aguas superficiales de la península ibérica. El análisis se basa en datos oficiales de los Programas de Vigilancia de la Calidad de las Aguas de 10 Confederaciones Hidrográficas.

Para Ecologistas en Acción, los análisis evidencian que todas las cuencas contienen plaguicidas tóxicos, muchos de ellos disruptores endocrinos, sustancias que interfieren con el sistema hormonal. Además, denuncian que el 70 % de los plaguicidas detectados, como el lindano, el DDT, la atrazina o el endosulfán fueron prohibidos hace años. Según este informe, los plaguicidas más habituales son los insecticidas (45 % del total) y los herbicidas (40 %).

Muchos de los plaguicidas detectados han sido prohibidos por causar cáncer, provocar malformaciones o por afectar a la reproducción de animales silvestres y seres humanos, indican.

Desde Ecologistas en Acción señalan que las cuencas hidrográficas más contaminadas son aquellas en las que se desarrolla una agricultura más intensiva, entre ellas, las de Castilla-La Mancha.

Júcar

Es con diferencia la cuenca más contaminada. En 2016 se detectaron 34 de los 57 plaguicidas analizados, 22 de ellos prohibidos y 21 posibles disruptores endocrinos. Varias sustancias, como el DDT, el clorpirifós o el endosulfán, se detectan muy frecuentemente, algunas en concentraciones muy por encima del límite permitido.

Tajo

Se detectaron 15 de las 17 sustancias analizadas, de las cuales 13 son posibles disruptores endocrinos y 12 están prohibidas.

Segura

Se detectaron nueve de las 57 sustancias analizadas, seis pueden ser disruptores endocrinos y seis no están autorizados.

Guadiana

Se detectaron siete de las 27 sustancias analizadas, el uso de seis no está autorizado y otras seis se sabe o se sospecha que son disruptores endocrinos, como el herbicida terbutilazina, detectado muy frecuentemente y en concentraciones muy elevadas.

El clorpirifós, un insecticida neurotóxico, se ha detectado en ocho de las 10 cuencas analizadas, lo que revela su uso extenso y prolongado. El glifosato, que se ha analizado únicamente en cinco de las cuencas que han proporcionado datos, ha sido detectado en todas las muestras tomadas en la cuenca del Júcar, es la sustancia detectada con mayor frecuencia en la cuenca del Tajo.

Los residuos de lindano y sus isómeros se detectan en siete de las 10 cuencas analizadas debido a la mala gestión de los residuos generados durante de la fabricación del insecticida hasta los años 90.

Ecologistas en Acción ha mostrado su preocupación por la presencia de mezclas de múltiples plaguicidas en una misma cuenca como ocurre en la del Júcar (34 plaguicidas), porque diversos estudios han mostrado que la exposición a mezclas de plaguicidas disruptores endocrinos puede multiplicar la toxicidad de cada uno de ellos.

Ecologistas en Acción urge a transformar el insostenible sistema agrario actual a un sistema agroecológico. Además, pide al Gobierno español que prohíba el uso de los plaguicidas disruptores endocrinos y que ponga en marcha un plan para reducir el uso de plaguicidas en España un 50% en los próximos 10 años, al igual que han hecho ya Francia y Dinamarca. También señala la necesidad de actualizar la normativa ambiental al conocimiento científico, ampliar y unificar los programas de vigilancia de plaguicidas en aguas y hacer cumplir la ley.

 

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