Desde Extremadura rechazan el enriquecimiento de los vinos con mostos rectificados

La Unión Extremadura exige a la Administración que no se autorice una medida que “solo beneficia a algunos industriales y a los productores de viñedos de riegos intensivos y producciones de 60.000 kilos por hectárea”

uvas Valdepeñas

Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha solicitó recientemente a la Consejería de Agricultura la autorización para añadir mostos concentrados rectificados para aumentar hasta 1,5% el grado alcohólico de sus vinos para que los mismos puedan fermentar. El 26 de septiembre la Comunidad Valenciana autorizó esta misma práctica.

Ante esta petición, la Unión Extremadura rechazan el enriquecimiento de los vinos con mostos rectificados, por lo que exigen a la Administración que no se autorice una medida que “solo beneficia a algunos industriales y a los productores de viñedos de riegos intensivos y producciones de 60.000 kilos por hectárea”.

Desde la Unión se preguntan que si en una campaña en la que se puede dejar perfectamente que la uva madure “por qué no somos capaces de que alcance la graduación suficiente como para que no sea imprescindible enriquecerla con mostos para que pueda fermentar”.

¿Qué está ocurriendo para que tengamos que realizar las mismas prácticas enológicas que veníamos denunciando en las producciones de uva en el norte de Francia o de Alemania?, inciden.

Afirman que “todos sabemos que en campañas como la actual, en Extremadura, Castilla-La Mancha y Valencia, en viñedos de producciones normales, no es necesaria la adición ni de mostos, ni de azucares ni de ningún otro aditivo para sacar vinos de buena graduación”.

Se pregunta además “¿Cuántos kilos de uva producen las hectáreas de Valencia, de Castilla-La Mancha o de Extremadura para no ser capaces de alcanzar este grado de alcohol y no ser necesario el añadirle el mosto rectificado?

Lamentan que “las administraciones regionales están autorizando prácticas enológicas que benefician a estas producciones en detrimento de la calidad y de la rentabilidad de producciones medias por has tradicionales”.

Por último señalan que “las administraciones no deberían fomentar este sistema de producción y las cooperativas no deberían hacer el juego a los caprichos de los industriales que lo único que les interesa es que se produzca cada vez más vino aún a costa de cargarse el precio y la calidad del mismo. Esta situación es insostenible en el tiempo”.

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